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jueves, 22 de noviembre de 2012


 IMPULSEMOS
LA
FAMILIA

Colaboración de Paco Pérez


Capítulo 4

Ayer afirmé: [El lazo social más importante es el de la FAMILIA].
Sigo opinando lo mismo aunque los tiempos convulsos que nos han tocado vivir puedan dar la imagen de que no es así. Quienes ya tenemos el pelo bastante afectado por la escarcha permanente de los años sabemos que siempre se cocieron habas en las relaciones de pareja y que muchas veces se sacaron los potajes adelante recurriendo a la técnica del dicho popular: [Una buena capa todo lo tapa].

Entonces la capa era la FAMILIA,  ésta intervenía de distintas formas para suavizar  los problemas: dándoles consejos sabios, lavando los trapos sucios en la pila de casa y no en el lavadero público de los pilares, procurando que la pareja se sintiera arropada y, sobre todo, impidiendo que los niños pequeños sufrieran los efectos devastadores del campo de batalla. 

En la mayoría de los casos se suavizaba el problema y las aguas retornaban a su cauce y en otros pues había que romper la baraja. Pasan los años y la FAMILIA cambia su papel tradicional de capa por el de escopeta, creo que en más casos de los deseados.

Hay que reconocer que en aquellos tiempos la gran sufridora fue la madre y a ella hay que adjudicarle, en la mayoría de los casos, el mérito de los éxitos de reconciliación. También hay casos, los menos, donde el hombre fue el gran sufridor.





Hubo aspectos que ayudaron mucho a que hubiera menos rupturas que ahora. Por un lado estaba la dependencia económica que la mujer tenía, en su mayoría, de los ingresos que aportaba el hombre y por otro nos encontramos que entonces había una preocupación grande en las personas para no dar que hablar al pueblo con escándalos.

Pasan los años y la evolución alcanza tal grado que la FAMILIA deja de ser ese faro orientador de los hijos. Se pasa en poco tiempo, por la ley del péndulo, de ser respetados y venerados por los hijos a ser tratados de cualquier manera; de tener todos los derechos a perderlos, pero sí les han regalado una cartilla nueva que contiene un código completísimo de obligaciones; de aportar en el fondo familiar los salarios a quedarse con ellos y tenerles que comprar ropa de marca, un coche, darles comida y cama; de volver a casa a una hora prudente a tenerlos toda la noche sin dormir y pendientes del teléfono porque algunas veces regresan por la mañana; de casarse a le edad lógica con su pareja de siempre a cambiar de yegua o de caballo cada dos por tres… ¿Sigo
Quienes somos padres sabemos que todas estas piedras no han caído  en la misma cabeza porque entonces esos padres estarían aplastados pero estoy seguro que con alguna de ellas, o con varias, sí que hemos sido aporreados más de uno alguna vez que otra.


La modernidad ha sido buena para unas cosas pero ha sido NEGATIVA en el campo de los valores históricos. Aquí creo que hemos fallado todos los estamentos implicados en la educación de la persona, es decir, de nuestros hijos: La familia por blanda y desorientada de la realidad, permaneciendo aferrada a la TRADICIÓN  y mostrándose falta de principios morales y éticos auténticos; la Iglesia por trabajar siempre mirando hacia el número y no cambiando jamás el método que tiene que aplicar para que se comprenda mejor a Dios; los gobernantes porque legislan para llenar sus graneros de votantes incultos y no para formar votantes críticos con todas las injusticias que ellos nos ocasionan al legislar y al aplicar las leyes; el sistema educativo porque interpretó mal que tratar de manera correcta a los alumnos no implicaba que el enseñante tuviera que perder la autoridad para que los niños y padres, en muchos casos, se convirtieran en un elemento totalmente negativo del proceso educativo de sus hijos y los “MEDIOS de DIFUSIÓN” que, por ganar dinero, convirtieron la basura en el manjar diario de los hogares, consiguiendo con ello que los escándalos adquirieran la condición de normalidad y que los valores eternos fueran considerados como una lacra social  junto a quienes creían en ellos y los practicaban.
Los elementos que he resaltado se metieron en la coctelera nacional y nos generaron ese bebedizo que les está sentando mal a demasiadas familias.
Después de lo dicho… ¿Podrá interpretar alguien que me he dedicado a tirar pedradas a la cabeza de los vecinos de Villatorres?
No fue esa mi intención y sí el poner de manifiesto los elementos que, juntos, han propiciado que se origine la realidad que ha desembocado en esa riada de SEPARACIONES que afecta ya a demasiadas familias en todos los puntos de nuestra geografía nacional, nuestro municipio no ha podido salvarse de ella.
Hoy he planteado este tema porque, como nos conocemos todos, también hay ejemplos que muestran una línea correcta y ejemplar como FAMILIAS. Las fotos que se adjuntan son la prueba del algodón.
El FRUTO de un buen funcionamiento en la FAMILIA está aquí:
Si seguimos remando en el buen camino estas escenas de hermanos seguirán repitiéndose o de lo contrario habrá que ser pesimistas y entonces volveré a recordar otra frase de mi abuelo Paco: [No nos salvará ni el médico Torres].




Ese señor era natural de Villargordo, estudió la carrera de medicina en Granada, era un genio y prefirió ejercerla en su pueblo. Vivió en la calle Miguel Torres nº 2, mi calle. Su casa es, en nuestros días, propiedad de Cristóbal, el hijo de “Benitorro”.



Ahí tienen ustedes el origen de esa frase que mi abuelo hizo tan popular para ensalzar su clase profesional.







Ya sólo me queda desear a todos los retratados, y a todas las FAMILIAS del mundo, que la situación retratada nunca cambie.
¡¡¡Salud y felicidad para todos!!!

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