FIESTA
DE LA
SAGRADA FAMILIA
Colaboración de Paco
Pérez
Hoy, es la fiesta de la Sagrada Familia , y se nos presenta la de José,
María y Jesús, como ejemplo de la cultura judía. La realidad de nuestros
días nos muestra otros ejemplos bien diferentes a los que no hay que dar la
espalda.
La preocupación por la familia siempre estuvo presente en los planes de Dios y en estas lecturas queda claro:
En la 1ª
LECTURA, ECLESIÁSTICO
III, 2-6. 12-14., se nos presenta la importancia que, en la FAMILIA ,
tienen cada uno de sus miembros, cómo deben de responder los hijos con sus
padres y la opinión de Dios sobre
estos comportamientos:
[Dios hace al padre más respetable
que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra
a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que
honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el
que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo
escucha.
Hijo
mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque
chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del
padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
En la 2ª
LECTURA, COLOSENSES
III, 12-21, se nos habla de las cualidades
que los cristianos debemos de cultivar para que la armonía reine en la comunidad. Cuando haya diferencias el perdón hará acto de presencia para
que las aguas vuelvan a su cauce y, finalmente, para que este proyecto sencillo
de convivencia funcione se necesita que el AMOR
entre las personas esté presente para que la PAZ
que Jesús desea para nosotros sea
quien ponga fin al partido cada vez que surjan las disputas.
[Hermanos: Como elegidos de Dios,
santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad,
dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga
quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por
encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que
la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados,
en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre
vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad
a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y,
todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres,
vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced
a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.]
En
el EVANGELIO, LUCAS II, 41-52, encontramos el
relato de cuales eran las costumbres
y tradiciones de los judíos en la
celebración de la fiesta de Pascua,
la más popular de su calendario religioso. [Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de
Pascua.
Cuando
Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando
terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo
supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se
pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se
volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los
maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban
asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: "Hijo, ¿por qué
nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados." Él
les contestó: " ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en
la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él
bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo
esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia
ante Dios y los hombres.]
En los TRES
textos aparece la figura de la
FAMILIA y en cada uno de ellos se pincelan los
diferentes aspectos que deben de dar forma a la convivencia dentro de ella.
Como es lógico, no fueron escritos en la misma
época pero sí tienen un punto en común, si creemos que Dios los inspiró, la gran importancia que
el Padre le da.
Al principio se respetaba de manera escrupulosa la
constitución de la familia y todos sus miembros cumplían con la función que
tenían asignada. Cuando pasan los años aparece una relajación de las costumbres
en la sociedad y esa convulsión erosiona los cimientos del edificio familiar y
se derrumba. Nunca es bueno generalizar pero, como ocurre con los terremotos,
siempre se mantienen en pie los edificios que tienen buenos cimientos. La familia no podía mantenerse en pie
porque tenía y tiene unos cimientos débiles. ¿Qué elementos han podido incidir para
desembocar en la situación actual?
A mi entender, en España, hemos fallado todos:
1.- Las autoridades
civiles no supieron dirigir el tránsito político y consideraron que
todo lo anterior restringía la libertad,
abrieron el grifo del deseo inadecuadamente y nos inundaron con los
comportamientos propios del LIBERTINAJE.
Quienes velaban por la enseñanza de las criaturas, padres y educadores, fueron desposeídos, por las leyes que ellos
aprobaron para ganar votos, de la
autoridad que se necesita para moldear a las personas desde que nacen.
Los que tenían que ser educados pasaron a tener todos los derechos y ya no podían ser reconducidos
porque denunciaban a quienes pretendían modificarle su comportamiento
equivocado, padres o maestros. Estos dos estamentos se
acobardaron y los niños volaron demasiado alto. Los padres incoherentes proliferaron en demasía y el caos se enquistó.
2.- Algunos educadores,
más de los deseados, se equivocaron enseñando
los “derechos del niño” y enterrando los “deberes del niño”.
3.- Los movimientos
políticos de izquierdas, al seguir una línea
no cristiana, nos vendieron la
libertad sexual como el elixir que
permitiría liberar a la persona de los miedos que frenaban su desarrollo
individual pleno y para conseguirlo nos propiciaron: sexualidad sin tapujos, métodos
anticonceptivos, abortos pagados por
la Seguridad Social …
Como consecuencia de toda esta intoxicación de las mentes en formación se pasó a considerar que Dios no tenía nada que decirnos en este
tema. Fruto de esta línea de pensamiento es la situación actual que padecemos,
la “RUPTURA de los MATRIMONIOS” a
los cuatro días de casados y los consiguientes problemas para ambas partes y,
sobre todo, para los niños.
4.- Los
padres; por falta de principios, por poco carácter, por comodidad y
para que no nos calentaran la cabeza hemos permitido a nuestros hijos hacer lo
que no era correcto a ciertas edades y ahora recogemos los frutos de nuestro
proceder irreflexivo.
Hemos permitido que peguen a los maestros y también los hemos denunciado o amenazado nosotros
por haberlos corregido, les hemos consentido entrar en discotecas antes de
tiempo, les hemos
comprado caprichos innecesarios, les hemos dado más dinero del que
necesitaban, no
hemos vigilado los ambientes que frecuentaban…
Por todo esto se han apartado del “CAMINO de Dios” y ahora circulan a gran
velocidad por las autovías del alcohol,
el tabaco y las drogas.
Los
tiempos han esclavizado a nuestros retoños y
han convertido a
las familias en un infierno terrenal.
5.- La IGLESIA lleva
muchos años dormida
en los laureles y sigue sin despertar del sueño de los números: tantos bautizados,
tantos recibieron la
Eucaristía , tantos confirmados, tantos casados, tantos asistentes
a misa, tantas JMJ, tantas MF en Madrid, tantos funerales por los fallecidos, tantas
misas de cabo de año, tantas procesiones, tantas imágenes… ¿Sigo?
Pero no se ha luchado, de verdad, para hacer lo que más
falta le hace al cristiano, nos lo enseñó JESÚS
a los 12 años y lo recordamos
hoy: preocuparnos de las cosas del Padre
y sublevarnos contra el
costumbrismo imperante. No se marchó a Nazaret con ellos, se quedó para
preocuparse de las cosas del Padre y para hacerlo tuvo que romper con la
costumbre de volver a casa al acabar la Pascua.
¿Rompemos nosotros, como hizo Él, con el costumbrismo que
hay en nuestra religión?
Lo haríamos si estuviéramos convencidos de que es
necesario dejar
de contar para pasar a formar, en
todas las parroquias, una comunidad cristiana seria donde se instaure: Lectura de la
Biblia , potenciación
de las costumbres cristianas en la FAMILIA , ayuda al necesitado, proyección sobre la comunidad local…
DIOS es la VERDAD
y la JUSTICIA …
Es verdad que todos lo hemos hecho fatal y ahora estamos recibiendo lo
que en justicia nos merecemos.
REFLEXIÓN
FINAL: Sembremos bien, cuidemos mejor y recogeremos
buena cosecha.
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