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sábado, 15 de diciembre de 2012


PAREJAS

CÉLEBRES

Colaboración de Paco Pérez

En las relaciones cotidianas de los seres vivos siempre han existido parejas de ellos que han idealizado el modelo de la convivencia porque su comportamiento les hacía cumplir con lo que todos hemos proclamado que desearíamos, en la juventud, para nosotros y, de mayores, para los hijos; en otras porque representaban lo que no deseábamos para nadie. Algunos ejemplos de estas parejas han alcanzado la fama porque llevaron o llevan hasta las últimas consecuencias sus comportamientos o sus sentimientos:
1.- A Romeo y Julieta los presento como ejemplo ideal de comportamiento en el campo de los sentimientos humanos. 
Willian Sakaspeare escribió esta tragedia, en ella nos cuenta la historia de dos jóvenes que se enamoraron perdidamente, con una entrega enfermiza,y este proceder les llevó a una situación de “final sin retorno”. 
Ellos pertenecían a dos familias bien 
posicionadas que estaban enfrentadas y, a pesar de ello, deciden ignorar esos obstáculos mentales que la sociedad levanta, 
a veces, y luchar por su amor. Como medida demostrativa de su decisión se casan en secreto.

Lo que hicieron no fue suficiente para que las barreras desaparecieran porque la rivalidad paternal siguió igual, esto les generó una presión inesperada y, posteriormente, una serie de fatalidades les hizo no ver las cosas con claridad  y por ello terminaron suicidándose.

Final nunca deseado en la vida real pero lógico para este género literario.

2.- El gato y el ratón también son una pareja de fama mundial y la han adquirido por un sentimiento contrario al de Romeo y Julieta, el odio enfermizo que se tienen. Por eso siempre están de guardia en sus aposentos.
El gato se suele deslizar de manera sigilosa por los lugares frecuentados por el ratón, lo hace mientras vigila la llegada del roedor y así poder caer por sorpresa sobre él cuando esté descuidado. Como es lógico, aquel transita por los espacios en los que éste ha establecido su campo de operaciones para obtener alimentos. Lo suele hacer en las despensasgraneros, gallineroscuadras, huertas
Esta relación es un ejemplo de mala convivencia y opino así porque siempre pasan por una situación permanente de “guerra sin cuartel” y “leña al mono”.
Los "organismos internacionales" todavía no han firmado ningún tratado que ponga fin a esta matanza continuada de roedores porque, la verdad, éstos suelen acabar en la panza del señor gato de turno.
Los perros y los gatos hablan mucho de paz y de alianza de civilizaciones mientras están delante los periodistas con sus grabadoras, con los micros y con las cámaras de TV. Luego, la realidad lo demuestra, cuando se reúnen en un despacho oscuro y sin testigos firman acuerdos para seguir haciendo las guerras que les permitan seguir alimentándose, usando sus mejores armas, con la muerte de esos débiles enemigos que siempre se buscan ellos. 
Pues igual ocurre con las "sociedades protectoras de animales", hablan mucho pero luego no le dan de comer a los gatos y éstos, cosa lógica, se tienen que buscar el chusco matando ratones para así poder tener su panza “alimenticia”.
Este palabro villargordeño lo pronunció, a comienzos del siglo pasado, un niño hambriento que le quitó a su abuela el trozo que había comprado de bacalao para hacer de comer a la familia. Le pegó por su acción, no derramó ni una lágrima y cuando terminó de castigarlo le dijo “El fósforo”, así se apodaba el personaje infantil:
- Tú pégame, pero yo ya tengo mi panza “alimenticia”.
Pensándolo bien… 
¿Qué sería de los gatos si no hubiera ratones o si les prohibiera la “Sociedad Protectora de Animales” cazarlos
¿Qué sería de los escritores sin poder escribir cuentos infantiles si les faltara la fuente donde beber el agua de la inspiración
¿Qué sería de la industria del cine infantil si desaparecieran esas peleas eternas
¿Qué sería de los padres y de los abuelos cuando no pudieran distraer a los peques al faltar en la programación televisiva esas películas?
Si faltaran en los hogares los ratones estas relaciones de odio, lucha y muerte se acabarían y los gatos ya tendrían sus días contados en las viviendas de los humanos, la mayoría, porque su mantenimiento resultaría costoso debido a que éstos se vuelven muy delicados al faltarles los ratones y entonces habría que comprarles costosos piensos gatunos. Además, al no tener que trabajar, verían demasiado tiempo la televisión y por ello dejarían los sillones llenos de pelos, nos acarrearían alergias innecesarias y terminarían peleándose con los miembros de la familia cuando le insinuaran que se fueran a su dependencia porque teníamos que vivir juntos pero no revueltos.
De darse esta situación al gato no le quedaría más solución que emigrar a otros lugares más tranquilos porque la vivienda se convertiría en una persecución brutal hacia él por parte de sus ocupantes. Se invertirían los términos y pasaría de perseguidor a perseguido
Sin los gatos en las viviendas los  ratones se pasearían por ellas delante de sus ocupantes y, en poco tiempo, se multiplicarían de tal forma que originarían una invasión de la casa, causando graves problemas a la convivencia familiar.
De vivirse en casa esta experiencia, los ancianos de ella recurrirían al refranero para explicar por qué le ocurrían a ellos esas cosas: [Cuando el gato no está en casa los ratones bailan.]

3.- El perro y el gato es otra pareja de famosos animales. Estos no se engullen  de lo que hacen, al contrario, están ya cansados de ir por los juzgados de instrucción para solicitar el divorcio  porque cada vez que lo hacen alegan lo mismo: Malos tratos de su pareja.

Este ejemplo de relación histórica ha permitido que los humanos nos fijemos en ellos y, como siempre es más fácil aprender lo malo que lo bueno, pues nosotros también nos tiramos los cazos a la cabeza un día sí y el otro también






Cuando estas peleas se repiten con demasiada frecuencia terminamos como esta pareja de animales, en los juzgados y, antes de ir a ellos, los padres nos dan consejos y alguna vez que otra nos recuerdan el refranero y nos dicen con coraje: [Estáis siempre como los perros y los gatos.].
Todos los días, cuando salgo a pasear, me cuelgo a mi compañera en el hombro izquierdo, no lo hago por ideología política en esa parte corporal y sí porque me apaño mejor al caminar con ella ahí debido a que Mari lo hace siempre a mi derecha y así la máquina no recibe golpes… ¿Aclarado el por qué? ¡¡¡Qué mal pensados son ustedes!!!
Lo hago así desde que un día salí sin ella y perdí la oportunidad de grabar a un pájaro que ya no se ve por el lugar con la frecuencia de antes.
Hace unos días visité el almacén de piensos de Diego Martínez Lendínez “Borrego” y, mientras esperaba que atendiera a un cliente, observé estas escenas y las grabé:
Ese perro y ese gato me han hecho recordar y aceptar, espero que a ustedes también, varias cosas:
1.- Que siempre hay excepciones en todas las reglas.
2.- Que las generalizaciones no son buenas porque este caso nos demuestra que es un error hacerlo.
3.- Que después de los enfrentamientos, cuando hay buena voluntad y un roce diario y sincero, vivir en PAZ es mejor que en estado permanente de GUERRA.
4.- Que de proceder así habría menos visitas a los juzgados y muchos más niños felices.

¡¡¡Feliz fin de semana!!!



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