OBITUARIO
Colaboración de Paco Pérez
Se nos fue Jerónimo
ayer y hoy, a las 17:00 horas, se ha celebrado el funeral por su alma en
nuestro templo parroquial.
Dicen los entendidos que no hay un formato concreto
para los obituarios y yo, por esa regla, lo voy a componer desde la realidad de
nuestras relaciones y amparándome en el recuerdo de ellas y en el ejemplo que
nos legó.
Pasé con él momentos buenos e inolvidables, aunque
yo nací dieciocho años después, y los que más me impactaron los obtuve en los encuentros de familia, grabándole
música con aquellos aparatos de los años 70 y, sobre todo, cuando
acompañado de su gran amigo Juanito
- señor minusválido que venía de Mengíbar- hicimos
más una ronda de bares guiados por nuestro común amigo José “El ciego” para
intentar que éste vendiera sus cupones de la ONCE.
Tú, al igual que José, naciste con la cruz de
la invidencia y la llevabas con tanta normalidad que nadie te escuchó un
reproche o quejas sobre tal circunstancia personal. La has llevado tan
elegantemente que el último día que estuvimos visitándote en casa tu sonrisa
seguía intacta en tu rostro, como en aquellos tiempos inolvidables.
Jerónimo
ha sido un ejemplo a imitar en el campo de la ACEPTACIÓN
y la prueba de lo que digo está en estas realidades:
1.- Cuando alternábamos
en la ronda de bares tu
participación no denotaba un estado de resentimiento ni de frustración y sí te
mostrabas, siempre, risueño y feliz.
2.- La grabación
de los temas musicales del momento me mostraron su espíritu jovial, porque él era de otra época.
3.- Sus
actuaciones musicales con el grupo que formó con Blas “El Beatrizo”, Jacinto “El espartero” y Pedro “El chisque”. En este grupo musical de
cuerda el laúd fue el instrumento
que manejó con destreza. Con sus instrumentos de cuerda deleitaron a los
villargordeños en aquella época y, de la época más reciente, tengo un vago
recuerdo de las últimas actuaciones del grupo, ya faltaba Pedro. Este ejemplo y el siguiente nos demuestran que los problemas
personales no se resuelven con lamentaciones, inculpaciones y
enclaustramientos.
4.- En una boda, yo era muy pequeño entonces, le
recuerdo con su grupo musical tocando la
batería…
¿No os lo creéis?
Pues podéis preguntar a algunos de los otros músicos
que lo acompañaban y que están vivos todavía: Paco “El feo”, “El herrerillo”, Paquito “El delgado”…
5.- Rezando
en la parroquia el Santo Rosario con
su potente e inconfundible voz.
6.- Trabajando
para buscar solución a las necesidades
del prójimo estuvo integrado en la organización de Caritas: ropa, calzado, alimentos, medicamentos…
7.- Sobre todo, la
escena familiar que ningún lugareño olvidará de él en mucho tiempo… ¡¡¡Cuando
iba y venía por el pueblo en compañía de tu querida esposa Carmen!!!
¿Por qué he
recordado estas estampas de su vida?
Porque hace unos días mantuve una conversación en la
cafetería con un amigo y, en ella, se planteó el tema de la “eutanasia”.
Jerónimo ha sido uno de los muchos ejemplos que Dios regala al hombre para que se inspire en cuál debe ser el
camino correcto que tenemos que seguir ante las pruebas que Él nos pone, él sí supo interpretar y aceptar su cruz… Que cada
cual se mire en el espejo y compruebe si su estampa se corresponde con la de Jerónimo.
Espero que sus obras buenas hayan pesado más que sus
errores en la balanza de la JUSTICIA DIVINA y que desde
ayer esté disfrutando de la situación ideal que se promete disfrutar a las
personas de buena voluntad para cuando acaben su periplo terrenal.
Ahora sólo me queda pedir, a quienes nos lean, que
recen por el descanso de su alma…
¡¡¡Hasta
siempre amigo!!!
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