Colaboración
de José Carlos Castellano
Capítulo I
En una obra:
El maestro le dice al oficial:
-Trae un cubo de mezcla.
El oficial cumple el encargo y le lleva la mezcla.
Cuando la ve el maestro se queja de que está blanda y la
devuelve.
Al rato le pide que le amase yeso y que se lo lleve en
su punto.
El oficial se esmera, hace todo lo propio del proceso
y se lo lleva.
Cuando el maestro ve el yeso que le ha amasado le
dice:
- ¡Cooooño, no ves que está duro!
Al poco tiempo le hace una nueva petición:
- ¡Oficial, trae un cubo de agua!
El oficial, que estaba muy cabreado, le contesta:
- ¿Cómo quieres
el agua, con gas o sin gas?
En otra obra:
Un
peón que nunca había trabajado en la construcción, vio a unas hormigas que
caminaban muy bien arregladas y perfumadas, se quedó perplejo y preguntó a un
albañil veterano:
-
Oye, Juan… ¿Por qué van esta mañana las hormigas tan flamencas?
Y
Juan, que era un hombre muy experto, le contestó amablemente:
-
Porque se han enterado que hoy viene el hormigón armado.
Otra obra más:
Un albañil trabajaba en el andamio de un cuarto piso
y, desde abajo, le grita un compañero:
- ¡Pedrooooo,
que tu suegra ha muerto!
Pedro le contesta:
- ¡No lo siento mucho!
Y le responde el compañero cabreado:
- ¡Ni yo tampoco, joder, pero habrá que enterrarla.
Obras en potencia:
Le dice un albañil a otro compañero:
- Me ha dicho D.
Fulano que le hagamos una cuadra.
El maestro que sabía mucho de cuadras le respondió:
- Le dices que sí, que se la hacemos, pero que lleve
el burro para tomarle la medida.
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