Colaboración de José Carlos Castellano
Aquí vive un
fontanero,
si no deseas
sorpresas,
pregunta precios
primero.
Vive aquí un
maestro;
en enseñar a
alumnos,
siempre fue
diestro.
Aquí vive un
periodista.
para airear
problemas de gente,
siempre, tuvo
mucha vista.
Aquí vive un
abogado,
aunque los pleitos
pierde,
él sale forrado.
Vive aquí un
sacristán,
que entre tantán y
tantán,
con beatas busca
plan.
Aquí vive un
boticario,
que con almirez o
mortero,
amasó píldoras y
dinero.
Un médico aquí
vive,
por sus enfermos
se desvive,
y al que no mata
revive.
Aquí vive un
carpintero,
que hace serrín y
virutas,
de cualquier clase
de madero.
Vive aquí un
aviador,
que aviaba como el
mejor,
cocinando la
coliflor.
Aquí vive un
financiero
que, a quien
prestó dinero,
la cuenta le dejó
a cero.
Aquí vive una
fumeta,
que no persigue
más meta,
que cualquiera me
la meta.
Aquí vive un
caballero,
que sólo tiene un
caballo,
desde sus tiempos
de yegüero.
Aquí vive un
estanquero,
que le da mucho
apuro,
no vender ni un
puro.
Vive aquí un Don Juan,
de aspecto
pelitordo.
Mujer que veo,
mujer que abordo.
Vive aquí un
funcionario,
que no hizo más
función,
que leer el
diario.
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