LA
REINA DEL PIANO
Colaboración de José Martínez Ramírez
Dedicada a mi queridísimo
amigo Juan García Jiménez “Peluca”.
Me
rozaba con su pecho
en
el dorso de mi mano,
de
pie y bien sujeto
viajaba cotidiano.
En
un autobús estrecho,
junto
a la ría de Bilbao.
Me
pidió muy lento,
con
un guiño muy gitano,
que
la siguiera un trecho
hasta
un lugar kafkiano.
La
ciudad, hoy lo revelo,
se
rindió y, no en vano,
apagó
su luz en duelo
por
la reina del piano.
Misteriosa
y en barbecho,
reina
mora al piano.
Sin
ropa y al acecho,
con
un “Hey Jude” pagano,
me
hizo sobre el lecho,
pobre
de mí, bailarlo.
A
la vez que con provecho,
tomaba
cava muy helado.
De
noche toqué el cielo,
aún
cogido de su mano.
La
ciudad, hoy lo revelo,
se
rindió y, no en vano,
apagó
su luz en duelo
por
la reina del piano.
Parque
de la gran ciudad,
la
noche cantaba a Lennon
y
a los amores quemados,
sobre
tu alma colgaba una cruz.
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