Colaboración
de Paco Pérez
TEXTOS
ISAÍAS
5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo un
canto de amor a su viña.
Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la
descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un
lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.
¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho?
¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?
Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi
viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la
pisoteen.
La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán
zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son
los hombres de Judá su plantel preferido.
Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó
justicia, y ahí tenéis: lamentos.
FILIPENSES
4, 6-9
Hermanos:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con
acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro,
amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que
aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
MATEO 21,33-43
En aquel tiempo
dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:
- Escuchad otra
parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca,
cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos
labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo
de la vendimia, envió a sus criados a los labradores para recibir los frutos
que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a
uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo a
otros criados, más que la primera vez, e hicieron lo mismo. Por último les
mandó a su hijo diciéndose: Tendrán respeto a mi hijo. Pero, los labradores, al
ver al hijo, se dijeron: Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos
con su herencia. Y agarrándolo lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva
el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
Le contestaron:
- Hará morir de
mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le
entreguen los frutos a su tiempo.
Y Jesús les dice:
- ¿No habéis leído
nunca en las Escrituras: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la
piedra angular? Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
REFLEXIÓN
El
hombre creado por Dios para habitar el planeta reunía los requisitos necesarios
para comportarse como una persona responsable y justa y, también, para que supiera
reconocer que el Padre era el creador de todo y, consecuentemente, su único
Dios. Con el paso del tiempo se olvidó de ello, no le dio la respuesta esperada y
convirtió unas relaciones normales y responsables en un comportamiento no
deseado.
Cuando ocurre esto el
hombre libre ya actúa sin ajustarse al diseño que Dios establece para la vida en
común y entonces las reglas de ésta nos colocan donde realmente nos merecemos.
Cuando recibimos las consecuencias de nuestros actos la responsabilidad de lo
que nos sucede ya no es de Dios y sí es nuestra porque el Padre plantó su viña,
la rodeó de todo lo necesario y nos la regaló, si después dio agranzos y no las uvas esperadas… ¿Fue por
su culpa lo que ocurrió?
Llegados a este punto el
hombre debe de meditar fríamente y buscar la respuesta justa.
En la lectura de San Pablo el hombre descarriado encuentra
la respuesta al problema planteado: Tenemos
que orar para exponerle a Dios nuestros problemas, fijarnos en las buenas
enseñanzas que hemos recibido y confiar en que Él nos escuchará y nos guiará.
¿Por qué nos habla así
San Pablo?
Porque al principio de su
vida fue una piedra angular estropeada, no tuvo un comportamiento ejemplar y,
más adelante, Dios lo perdonó, llamó y él ya no le falló. Queda claro que se
convirtió en una piedra angular imprescindible para la Iglesia pues daría
continuidad a la obra de Dios en la tierra.
En el relato de Mateo también se recoge una escena en
la que el escenario elegido es una viña. Una vez más las tentaciones de la vida entran en escena y el egoísmo desmedido de las personas hace que éstas se enamoren de lo
ajeno y no reparen en medios para conseguir lo deseado, incluso quitan la vida
a otras personas.
Los hombres cuando
ocurren estos hechos siempre respondemos como humanos, aplicando la justicia
que hemos instituido.
¿Es el enfoque humano de los hechos narrados el mismo que aplica Dios?
Creo que no. Hay muchas
figuras para comprender el mensaje de la “piedra
angular”:
1.- El pueblo de Israel. Él es el elegido y después es perseguido,
arrasado, deportado… ¡¡¡También era
perdonado y ayudado!!!
2.- Jesús. Nos es aceptado y por ello es condenado y asesinado.
Ambas figuras son el
fundamento del plan del Padre para el hombre y las piedras angulares de su
puesta en marcha… ¿Se comprende así por
nosotros o no?
Los hombres doctos de
nuestra iglesia son quienes me orientan este planteamiento anterior y yo aporto
esta humilde reflexión:
Con la respuesta que da
Jesús en el evangelio de hoy me hace interpretar que no entendemos las cosas
del evangelio. Lo pienso así porque Dios mira al hombre de manera más profunda y
nosotros lo hacemos de manera superficial y, tal vez, mediatizados por las
miserias de la humanidad. Con la propuesta de hoy he llegado a la conclusión de
que Él siempre da al hombre otras oportunidades para rectificar su proceder…
¿En qué me baso para opinar así?
Si los arquitectos desecharon
una piedra por considerarla inservible y después hubo otros que la miraron de
otra manera y comprendieron que ésta les servía pues un cambio de criterio y de
confianza sirvió para convertirla en la piedra angular de otro proyecto… ¿Por
qué no va a poder un hombre, convencido de algo como San Pablo y con un
arquitecto como Dios, ser lo contrario de lo que fue y contribuir a desarrollar
obras buenas?
Si releemos la lectura de
Filipenses encontraremos en ella el camino
y entonces comprenderemos que Pablo fue perdonado y que éste, al ver la luz de
la verdad, su proceder ya fue totalmente distinto.
Los hombres se olvidan de
estas verdades y se enquistan en el egoísmo y la ambición. Cuando esto ocurre
ya no hay respuesta positiva y todo lo que hacen está encaminado a ser piedra
angular de sus proyectos personales pero no de aquellos donde el prójimo sea el
fin de nuestros esfuerzos.
¿Por qué no podemos intentar mejorar cada día nuestro rumbo si sabemos
que Dios siempre nos perdona y nos ayuda?
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