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miércoles, 22 de octubre de 2014

EL HOBBY DE JUAN, LAS MAQUETAS

Colaboración de Ramón Jiménez y Paco Pérez

Algunas personas, una vez jubiladas, no encuentran el camino de la felicidad en su nueva situación como ciudadanos porque se aburren mucho y otras, por el contrario, sí lo encuentran y logran sentirse totalmente felices con lo que hacen.

Una de las posibles explicaciones que podemos dar a esta realidad de nuestros tiempos es que los primeros no encuentran ahora unas actividades gratificantes con las que ocupar el tiempo libre que tienen desde que se levantan hasta que se acuestan y los segundos sí. Por esa razón escuchas manifestaciones desazonadoras, a diario, de quienes están montados en el autobús del aburrimiento; muchas son como ésta y también las podemos encontrar de otros estilos:
- Le temo que amanezca porque, sin hacer nada, el día es muy largo y así la vida es muy aburrida. Cuando trabajaba estaba mejor que ahora pues se me pasaba el día en un abrir y cerrar de ojos.
Otros opinan de manera totalmente contraria, están felices porque han encontrado alguna ocupación que les empuja a sentirse así con todo lo que hacen en su nueva situación de jubilados y afirman que les falta día. Cuando lo hacen se escucha alguna manifestación de asombro entre los presentes, esos son los aburridos.
En nuestro querido pueblo, por desgracia, hay más gente aburrida que distraída; no obstante, también hay jubilados o pre-jubilados que sí han sabido encontrar una solución gratificante al tiempo que ahora les sobra. Hoy les vamos a mostrar un ejemplo de quienes no se aburren, nuestro buen amigo JUAN MORENO MORENO:
JUAN, conocido popularmente como JuanilloEl pintor”, nació en Villargordo (Jaén) hace 63 años. Siendo un mozalbete, le ocurrió como a todos los jóvenes de esa edad, sintió en su interior ese soplo que empuja a los hombres a fijarse demasiado en todas las faldas que se bambolean a su alrededor. Un tiempo después, ese viento disperso y multidireccional que sopla sólo en una dirección lo encaminó hacia la calle La Luna, se dejó llevar con sumo agrado por él y allí encontró a Encarna Palomo Jiménez y la convirtió en la mujer de sus sueños unos años después. Un atardecer la vio venir de lejos y se armó de valor para acercarse a ella… ¿Sabéis cómo se llamaba entonces a ese acto de aproximación hasta la mujer deseada? ¡¡¡Echarse un gancho!!!
Éste consistía en tirarle los tejos, ellas se mostraban muy poco amigables y, siguiendo el guión de las tradiciones, había que insistir otros días. Cuando las damas no esperaban la visita del mancebo, éste solía recibir algún “fobi” (guantazo) que otro. Un tiempo después Juan consiguió que ella ya le correspondiera, después de estar conociéndose durante unos los de noviazgo decidieron compartir en matrimonio las alegrías y las penas que la vida de casados les deparara más adelante. De esa unión les nacieron dos hembras y un varón, la familia vive feliz y siguen laborando en el día a día para mejorar la vida futura de sus retoños.
Juan lleva ya tres años pre-jubilado y sus ratos de ocio los ocupa de diferentes formas: Saliendo a su olivas para ver cómo están y hacerles algo provechoso; tomar un café con los amigos por las tardes y, como no es un hombre que disfruta con los juegos de mesa, se va a la nave industrial que posee el matrimonio y en ella desarrolla una afición poco común, construir maquetas.
Durante cuarenta años, Juan ha trabajado como pintor en la empresa David Fierro S. A. de Zaragoza. Los 25 primeros años lo hizo como “obrero fijo discontinuo”, por esa razón regresaba al pueblo para la campaña de la aceituna, y los 15 últimos ya trabajó de “obrero fijo”.
Esta empresa se dedicaba a los trabajos de mantenimiento, mediante la pintura, en: carpintería metálica o de madera y en las señalizaciones de RENFE. Por esta razón Juan tuvo que recorrer durante esos años muchos lugares de España y, en algunas ocasiones por parajes de toda índole. Todo lo que vio quedó grabado en su interior y, con el paso de los años, al estar ahora en esa nueva situación el recuerdo de aquello le regaló las imágenes disfrutadas y entonces decidió reproducir en maquetas  modelos de lo que había ido encontrando mientras trabajaba: Monasterios, palacios, puentes, acueductos y, cómo no, uno de los útiles que más se usaban antiguamente en los trabajos agrícolas de nuestro pueblo, la capacha.
En aquellos tiempos no estábamos tan avanzados como ahora, no había de nada, y mucho menos cámaras de fotos. Ahora ya no hacen falta porque casi todos llevamos un móvil de última generación que suele tener más píxeles que algunas cámaras. Si Juan hubiera empezado ahora su profesión de pintor pues también llevaría el móvil como todos, hubiera grabado lo que encontraba y en el ordenador tendría descargadas las fotos que hubiera grabado en cada lugar visitado. Hago esta aclaración porque, al no tener imágenes de esos lugares, él lo que ha hecho ha tenido que ejecutarlo ayudándose del recuerdo que tenía de cada modelo y de materiales que no son las piedras de que estaban construidos los originales.
Veamos los trabajos que el señor Juan ha desarrollado durante varios años como una forma más de ocupar su mente y ganar felicidad y salud:
1.- Juan trabajando en sus maquetas:

2.- Modelo de carro que hay en otros lugares de España para las labores del campo.
Ha sido construido con cañas de nuestro entorno, cola y barniz.


3.- Casas de campo que encontró en otras regiones españolas y que se dedican allí a guardar carruajes y máquinas agrícolas.
Las ha construido con varetas de nuestros olivares, cola, pinturas y barniz.

4.- Palacio señorial.
Ha empleado  varetas de pino silvestre que crecen, de manera natural, en nuestros campos; cartón; madera; cola; pinturas y barniz.
5.- Conventos y monasterios.
Usa varetas de pino silvestre, cola y pinturas.

6.- Acueductos, usados en el pasado para el riego de los campos y para abastecer de agua a los pueblos y ciudades.

7.- Puentes, construidos para salvar los cauces de los arroyos y de los ríos.
En el de un ojo usó varetas de los matorrales que crecían junto a los ríos de Huesca y en el de dos ojos varetas de pinos silvestres que crecen en nuestro término municipal.


8.- La capacha, útil muy usado por los trabajadores del campo para transportar los alimentos hasta el tajo.
Emplea cuerdas de esparto, cuerda fina de cáñamo para coser y aguja.
Las herramientas que ha usado en todos los trabajos fueron:
a) Tijeras de podar.
b) Brochas.
Como despedida, desearle a Juan que no abandone la labor que con tanta paciencia y cariño cultiva y así, en un futuro no muy lejano, podremos visitarle de nuevo en su taller con la cámara y le  grabaremos sus nuevas MAQUETAS.  Deseamos que en Navidad podamos ver los villargordeños ese proyecto que ya tienes concluido y al que sólo le falta que el responsable municipal se ponga manos a la obra y te facilite lo que necesitas en esas fechas: un espacio donde exponerlas y el presupuesto necesario para el montaje.
Villargordo nos reúne” te da las gracias por la buena disposición que has tenido con Ramón y Paco para que grabaran la muestra de tus habilidades, las que ofrecemos a quienes nos siguen.


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