Colaboración de José Martínez Ramírez
A MIS PROFES
DE EGB QUE SE GANABAN HONRADAMENTE EL JORNAL, DOY FE.
El
genio no se da cuenta
que,
en su cabeza, la belleza
crece
cada amanecer.
Con
su lápiz y su papel,
justo
de tiempo y con nobleza,
se
rinde ante su alteza
del
verbo y su carrusel.
Busca
el moscatel,
rechaza
la vileza
si
llega con torpeza
y
sonando como un cascabel
de
la mano de Isabel.
Y
el mar, dormido en su grandeza
sobre
espuma de cerveza,
le
dice lo que ha de hacer
para
dirigir, como buen timonel…
¡Usar
la elegancia y la franqueza!
Sin
que reine la tristeza
cuando
el fin tiene desnivel.
El
profesor, sin tibieza,
enjuga
su riqueza
entre
el verbo y Rafael.
Con
Fornarina de bechamel
sonríe
y se alegra
cuando
alcanza la grandeza,
encaramada
sobre un capitel.
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