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lunes, 8 de diciembre de 2014

DAMAS DE NOCHE VIII

EN “SAN MARCOS-99”
Colaboración de José Martínez Ramírez

Me pasaría la vida
contemplando tus ojos,
tu mirada a veces perdida
para mí la robo,
sin que te des cuenta.

La lluvia lenta caída
me hace recordar aquel otoño,
primavera de celinda,
cielo de verano tus ojos.

Una lágrima por mi mejilla
que llega tarde, lo sé,
muy tarde, demasiado,
pudo ser y no fue.

Cada vez que te veo prendida
de ese duende que posees,
siento mi alma vibrar, poseída
de un cariño infinito a ti, mujer.
Pero no te das cuenta
porque ya es tarde, lo sé.

Me queda niña tu risa,
tu recuerdo precioso,
y cómplices las suaves brisas.
El tiempo no lo borra todo.
Tu mirada fija, precisa,
al vacío lo torna precioso.
Me ignoras etérea y concisa,
pureza divina tus ojos.

La luna espejea y te mira,
el río, llora celoso;
no puede darse más prisa
pues tus ojos lo frenan todo.

           

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