Colaboración de Paco Pérez
LA MENTIRA TRIUNFA ENTRE LOS HUMANOS, LA VERDAD
NOS ABRE LAS PUERTAS DEL REINO
Isaías
nos muestra la figura de una persona que sufre y de ahí que proclame la
conveniencia de una mentalización colectiva que
ayude a comprender, a quienes están próximos a él, que siempre deberemos
de tener gestos y palabras que le ayuden a salir adelante sin traumas. Si nos
comportamos bien con el sufriente, tal vez, cuando reciba los efectos abrasadores
de la injusticia humana pueda pasar ese desierto con más facilidad.
Pablo,
nos recuerda hoy el comportamiento que tuvo Jesús con sus contemporáneos y así
nos muestra cómo debemos proceder con el prójimo, nos enseña la humildad como camino: <Él, siendo el más grande, se hizo el más
pequeño.>.
Los
hombres no hemos prestado atención a sus sencillas acciones o somos tan tozudos
que todavía no hemos aprendido la lección y por eso nos encanta subirnos a la
parra más de la cuenta, así nos ven los demás mejor y se dan cuenta de lo
importantes que somos.
Jesús
atravesó el desierto de la incomprensión por parte de quienes guiaban al pueblo
en el campo de la religión, ellos son los que maquinan el plan que les
permitiría matar a Jesús; esa acción también les reportaría la ventaja de
anular el movimiento social de incondicionales que lo sigue y, finalmente,
poniendo estas acusaciones ante los romanos, éstos intentarían evitarlas para
evitar poner en peligro su presencia entre ellos. Si se cumplían sus planes
Jesús acabaría siendo el culpable de todo, moriría por ello y sus seguidores
dejarían de ser un peligro para todos, religión y política.
¿Qué
conclusión sacamos de lo leído?
Me
ha encantado comprobar que ISAÍAS 50,
4-7 anticipa maravillosamente qué sucede a quienes pasan por la situación
injusta del rechazo social cuando su delito es proponerles o hacerles cosas
buenas, siendo la INCOMPRENSIÓN lo
que reciben como respuesta. Los mismos discípulos no dan la talla, los ejemplos
de Judas y Pedro son válidos.
Una
vez más, con la “Pasión de Jesús”, cobra
actualidad uno de los grandes problemas de la humanidad: <Unos pocos llevan a la mayoría por el
camino que les interesa y, para conseguirlo, se valen de la mentira, de la
incultura del pueblo y de la manipulación de los instrumentos mediáticos que les
ayudan a presentar lo falso como verdadero>.
En
tiempos de Jesús los hombres que integraban
el Sanedrín convencieron con falsedades a la autoridad política, Pilato. Ellos fueron los manipuladores y por eso Jesús pasó de ser tenido como un buen
hombre a ser declarado culpable. Lo hicieron apoyados en cargos que provenían
de un terreno no tangible, la
espiritualidad que generaba la creencia en Dios.
La
superstición de Pilato y el afán que
acompaña a todo gobernante de agarrarse al sillón hicieron que todo se volviera
contra el INOCENTE y de ahí que lo traicionara Judas, lo rechazara parte del pueblo, lo negara Pedro y se escondiera la mayoría.
El
silencio de Jesús ante quienes lo
acusan es una enseñanza para los
hombres de todos los tiempos. Para afirmarlo me baso en: <Con anterioridad Él les dijo que era la VERDAD, ya había
hecho portentos ante ellos, les comunicó quién era pero no les fue suficiente la
prueba y no lo creyeron.>
No
debemos de esforzarnos en demostrar nuestra realidad cuando la MENTIRA ya ha conseguido triunfar sobre la VERDAD y, además, haciéndolo sin
pruebas… ¿No habéis pensado que, en nuestros días, se está repitiendo con
demasiada frecuencia esta estrategia para triunfar en cualquier área de poder?
Una
mentira ingeniosa se repite muchas
veces con fuerza para ocultar la verdad y la turba consiente que los “barrabás” de nuestros días sean
vitoreados y coronados. El pueblo llano
se dio cuenta de su error cuando “Jesús
murió y resucitó”.
En
nuestros días, el pueblo llano=ciudadanía
lleva muchos años siendo tratado de manera injusta por los poderes públicos que dicen defender
sus intereses y, a pesar de que sabemos que nos extorsionan de manera
vergonzosa, nunca les respondemos con inteligencia para evitar que sigan
consumando el martirio de los inocentes… ¿Hay
que esperar a que nos ocurra como a Jesús en el relato de la Pasión?
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