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martes, 8 de septiembre de 2015

MUEBLES RÚSTICOS AL ZURRO PELAO

Colaboración de Paco Pérez
Quedarán en Nerja pocos espacios urbanos por los que no hayamos pasado o visitado en alguna ocasión durante las muchas horas que dedicamos a pasear por sus alrededores o por el interior. Pues bien, hoy voy a presentarles un lugar de sus alrededores, está a la entrada del pueblo, si lo hacemos por la carretera vieja de Málaga; habíamos pasado por allí infinidad de veces pero nunca le habíamos ordenado a nuestra atención que le dedicara unos minutos. Un días lo hicimos y después nos preguntamos cómo no nos habíamos dado cuenta antes de su presencia y la única explicación que le encontramos fue ésta: [Unos metros antes de llegar al lugar había, este año ya ha cerrado, un negocio dedicado al cuidado y a la monta de animales: caballos, mulos y asnos.].

A él acudían a diario las personas para subirse pero, cuando no había clientes, estaban los animales sueltos en el interior del recinto, nosotros los observábamos y los fotografiábamos. Cuando reanudábamos la marcha nuestra conversación giraba sobre lo observado y, mientras lo hacíamos, yo iba guardando la cámara. Estas acciones nos hicieron no descubrir que en el solar contiguo había una exposición de “Muebles rústicos al zurro pelao”.
¿Por qué les he llamado así?
Porque en Villargordo, partiendo de “zurro pelao”, se tendría que definir “Muebles rústicos al zurro pelao” así: [Muebles de exterior, para viviendas rústicas, de fabricación casera que han sido hechos con herramientas elementales, sin una línea concreta, aprovechando los materiales de deshecho que hay en el campo y sin buscar al hacerlo el darle una finalidad concreta.].
Por lo observado desde el exterior de la alambrada pudimos intuir que se usaron el motosierra, la sierra, el serrucho y el martillo y los palos resultantes de la poda de los árboles, las cuerdas, las puntas y algunos trozos de chapa metálica. Creemos que tuvieron el cuidado de no quemar o vender aquellos palos que tenían algunas curvaturas.
Las secciones en que estaban agrupados:
1.- BANCOS PARA CERRAR ACUERDOS:
a) En ellos se atendería a los visitantes que busquen comprar o vender animales o productos del campo. Se les pone el asiento bien liso para que no se sientan incómodos, aguanten bien allí y compren lo que buscan.

b) En éste modelo suelen sentar a quienes tienen fama de inquietos y, para evitar que se marchen en medio de las negociaciones, los cinchan a los aros traseros con la excusa de hacer después un juego nuevo.
c) Especial para atender a quienes no son de nuestros agrado porque en anteriores tratos se mostraron sin corazón. Al sentarlos ahí se les indica con sutilidad que su presencia resulta incómoda y porque así se les enseña cómo tienen que salir de casa… ¡¡¡A zancadas!!!
d) Usado en contadas ocasiones y sólo para un reducido número de visitantes, aquellos que tienen unas particularidades muy definidas cuando negocian… ¡¡¡Son más perros que la mandíbula de abajo o más flojos que un saco de humo!!!
Estas gentes se quedan dormidas con suma facilidad mientras hablan y por eso los brazos del sillón están curvados hacia abajo, así se les facilita el descanso a sus brazos flojos mientras duermen.
2.- MESAS PARA ATENDER A LOS VISITANTES INESPERADOS
a) Usada cuando acaba un trato favorable, si se reúne la familia para una celebración o cuando vienen conocidos.
b) Muy adecuadas para atender a quienes no se lo merecen o cuando no hay que disimular el poco empeño que ponemos en atenderlos. Las irregularidades del tablero les obligará a tener en la mano lo que tomen y cuando dejen los vasos o platos encima se les volcarán con facilidad y eso les hará salir corriendo más pronto que tarde del lugar.

3.- SILLONES DE SEGURIDAD Y CON RESPALDO REFORZADO
Muy buenos para observar, desde el porche del cortijo, en las noches oscuras del mes de agosto las Perseidas.

La verdad, nunca preguntamos por los precios de los muebles expuestos y tampoco las razones por las que están allí al aire libre y de manera permanente. No lo hicimos porque nunca encontramos en la parcela a su propietario.

Lo que sí es verdad es que hay gente con inquietudes de distinta índole y que lo hacen, en la mayoría de las veces, para ocupar esos espacios de tiempo en los que las personas se suelen aburrir porque no saben qué hacer. Quienes logran estar en cada momento ocupados en algo se garantizan una mente libre de preocupaciones, al menos, mientras lo están haciendo.

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