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miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL DÍA DESPUÉS

LOS PARTIDOS TOTALITARIOS PESCARON EN EL DESCONTENTO
Colaboración de Paco Pérez
No es una casualidad la situación política que en estas fechas estamos viviendo en España, lo que nos ocurre es el fruto lógico que ahora estamos cosechando después de las siembras equivocadas que han venido realizado durante muchos años los dos principales partidos, el PSOE y el PP o el PP y el PSOE. En ese tiempo su labor fue cicatera porque no invirtieron correctamente en democracia, lo hicieron de manera interesada en clientelismo partidista y electoral, por eso obtuvieron frutos efímeros que sólo les permitieron ir gobernando con costosos pactos para salir del paso. Esta forma de actuar es una imitación burda de lo que hacen los malos agricultores. Algunos de éstos, al sembrar, emplean simientes de baja calidad y no semillas certificadas, tampoco gastan dinero en regar sus campos confiando en el cielo y, por eso, cuando no corren los vientos correctos y las aguas caen a destiempo, al recolectar, sólo cubren gastos o tienen pérdidas grandes.

Ambos partidos, en la recolección de la última cosecha electoral, se han topado de frente con la realidad que se nos anunciaba, las encuestas no han fallado y sus graneros no se han llenado con los votos necesarios. Les ha ocurrido este deterioro porque ambos han sido tan egoístas e imbéciles que sólo se preocuparon en el pasado de flotar en las aguas revueltas para ponerse a salvo, lo hicieron así siempre y continuaron sin cambiar el paso cuando los hombres del tiempo les anunciaron la borrasca que venía y les descargaron las primeras nubes, el PSOE fue el primer afectado después de caer Zapatero. Desde entonces han transcurrido cuatro años, ambos creyeron que era algo pasajero y siguieron confiando en sus flotadores: El PP se puso el de “la recuperación económica” y el PSOE el de “recordar a los españoles, a diario, qué habían hecho Bárcenas y Rato”, como si éstos no supieran que el caso más grande y grave estaba en Andalucía, con imputados de ex-cargos públicos de la Junta.
Pues bien, confiaron a este programa electoral elemental su éxito y no actuaron a tiempo, apoyados en sus mayorías parlamentarias, para realizar las modificaciones que necesitaban la Constitución, la Ley Electoral y el Sistema Judicial para que éste fuera, de una vez por todas, independiente y no reciba presiones; adelgazando la plantilla de políticos con la supresión de las Diputaciones Provinciales, del Senado y las Autonomías… Ahora, que cada lector piense en lo que me ha faltado y que lo añada.
Como ninguno está dispuesto a que sus chupópteros tengan que retornar al lugar de donde salieron pues defienden que todo siga igual y de ahí la inacción que han nos ha mostrado durante décadas.
¿En sus filas no hubo doctores que les diagnosticaran esta enfermedad política y le prescribieran unos potingues mágicos para curarlos?
Supongo que no y, por si no tuvimos bastante durante la horrorosa campaña electoral, cada día los tenemos que aguantar de nuevo con las razones mentirosas que argumentan para que España salga del descontrol administrativo a que la han llevado.
¿Y ahora qué hacemos ante esta situación los votantes?
Esperar, es lo único que ya podemos hacer porque dar voces no sirve de nada con el gallinero que han montado todas las escuadras políticas en el territorio nacional, por si no teníamos bastante con Cataluña.
Cuando me preguntaban los conocidos por la situación y qué era lo mejor para España después del 20 D, siempre les manifesté lo mismo: [España sólo debe ser gobernada por el PP y el PSOE o el PSOE y el PP, las otras opciones no saben lo que es dirigir un país y con los tiempos que atravesamos sería nuestra ruina.].
Al ejercer mi derecho al voto lo hice con meditación y no a la ligera, así fue cómo intenté impedir que nuestra querida España entrara en una fase loca de desgobierno para que “el día después” no estuviéramos los ciudadanos cargados de incertidumbre si los resultados se ajustaban a las encuestas publicadas sobre la intención de voto del pueblo español. No conseguí nada con mi voto y mis temores se cumplieron.
Mi cabreo era, y es, muy grande porque los partidos han estado durante la campaña más pendientes de no caerse del sillón que de convencer a los españoles con propuestas que solucionaran sus problemas. En esa línea estuvieron todos y los emergentes, Podemos y Ciudadanos, como no tenía experiencia de gobierno prometieron el “oro y el moro” sin decir de dónde sacarían los fondos y, sobre todo, utilizaron la productiva estrategia de atizar fuerte a los partidos “alternantes”, PSOE y PP, con el manido tema de la corrupción.
¿En qué nos hemos fijado los españoles al votar?
Parece ser que el incendio económico que nos regaló el PSOE del Sr. Zapatero fue un cuento de Navidad y que el PP lograra apagarlo para que no ardiéramos en sus llamas un cuento que contaban nuestros mayores en las eras de Almenara. Pues bien, creo que tenemos muy mala memoria, una pésima información de nuestra realidad política o somos unos borregos que nos ponen delante la bandera y nos lanzamos detrás a un pozo profundo sin saber si hay agua en él o no. Esto es lo que han hecho muchos cuando han votado, creyeron sacar ventajas y ahora nos podemos ver empujados a una situación financiera cuya espiral destructora nos lleve hasta las vivencias de Grecia o Venezuela.
Los partidos que prometen en campaña electoral lo que no se puede dar, algunos votantes no quieren ver esa realidad después de muchos años de democracia, tienen el grave defecto de gastar lo que no es suyo con suma ligereza porque lo prometieron para sacar rentabilidad electoral con total irresponsabilidad; estas acciones les hacen gastar después unas cantidades superiores a lo que se ingresa en las arcas del Estado y así se va creando el déficit en la contabilidad. Tomemos como ejemplo Cataluña, allí gastaron dinero oficial en abrir embajadas en el extranjero, después no le cuadraron las cuentas y por eso dejaron de pagar a las farmacias los medicamentos... ¿Qué hubiera ocurrido si Montoro no le hubiera dado dinero para pagarles? Hubieran tenido que cerrar estos establecimientos y los enfermos no hubieran podido recibir sus medicamentos.
Votar lo menos malo para España es una acción de coherencia con el objetivo de que los ciudadanos se unan, sin ponerse de acuerdo, empujados por la responsabilidad que da el saber que peligra todo lo conseguido hasta ese momento y que el único camino es, por ser lo menos malo, gobernar con una mayoría absoluta. La decisión es personal pero no se puede perder de vista la idea de que los experimentos con grupos radicales sólo conducen a la destrucción, Podemos lo es.
Mi deseo real era no acudir a los CAJONES de nuevo, algo posible ahora con el panorama que se nos ha dibujado después del 20 D. Pienso así porque el ejemplo de Grecia me enseñó que la política de ruptura que pretende Podemos y sus satélites antisistema sólo generan retroceso, caos y pobreza. En el país heleno estaban saliendo de la crisis y en unos meses de sublevación han hundido de nuevo la economía y, al final, han tenido que bajarse los pantalones… ¿No hubiera sido mejor que el PP o el PSOE hubieran ganado con mayoría? ¿No es mejor lo malo conocido que las buenas promesas irrealizables de Podemos?
Prefiero a cualquiera de los malos de siempre porque con ellos hemos vivido en democracia y hemos comido pero no quiero ser gobernado por quienes están inspirados en el modelo de gobierno que ha sumido en la ruina a Venezuela, cuyos ciudadanos están presos por la “dictadura bolivariana”, aunque anden libres por las calles … ¿Este modelo es más deseado que lo que nos ofrecen PSOE o PP?
La dictadura de Franco la vivimos muchos de los que votamos el 20 de diciembre y no se parecía a la que viven ahora en Venezuela.
Los partidos que defienden la UNIDAD de España, hablando, arreglarán los problemas reales que nos tienen hundidos, esos de los que tan puntualmente nos habló hace unas fechas José Carlos. Es verdad que muchos políticos de todos los partidos han metido sus torpes manos en los cajones de los entes públicos que han administrado con nuestros votos anteriores y que han dejado al Estado y a las Comunidades Autónomas tiritando pero también es verdad que hay muchos que son horados, a esos hay que apoyar en caso de tener que repetir las Elecciones y dejarnos ya de votar banderas partidistas porque, si seguimos por este camino, entonces no me quedará otro remedio que recordar aquellas célebres palabras de mi abuelo… ¡¡¡Que el Señor nos encuentre confesados porque no nos salvará ni el médico Torres!!!
Intuí, antes del 20 D, qué iba a ocurrir pero tenía la leve esperanza de que no acertara. Visto lo ocurrido ahora ya ni intuyo, ni tengo esperanza y no me importa lo que hagan. Estoy en esta situación porque veo que Pedro Sánchez es otro “poltronero” como Arturo Mas, ambos no piensan en el bien colectivo y están dispuestos a pactar con los radicalismos. Por ese camino nos llevará Pedro a una ruina total si pacta con el CAMALEÓN de Pablo Iglesias y no se pone de acuerdo con Rajoy, lo creo así porque Pablo fue diciendo en cada momento lo que más le favorecía para ganar y ahora, cuando ya ha logrado lo que buscaba, se presenta con sus verdaderas intenciones de romper la UNIDAD de España… ¿Es este político el que nos va a sacar de la crisis o el que nos va a llevar al pozo, como hizo su amigo el griego?
Aún no hemos aprendido que los regímenes comunistas son totalitarios y más opresores que el injusto poder que ejercen “los mercados” porque nos quitan la comida y la libertad para, a cambio, regalarnos la muerte y el hambre.
Yo no me olvido de la enseñanza que hoy me ha regalado la radio.
Maduro, en Venezuela, ha impugnado las actas de OCHO diputados de la oposición para impedir las reformas que iba a emprender el partido ganador. Ese es el régimen que Podemos nos quiere regalar… ¿Eso es lo que deseamos? ¡¡¡Yo no!!!
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