Colaboración de Antonio Cañas Calles
Capítulo III
RAZONES
PARA LLAMARNOS VILLATORREÑOS
Si
por todas las ventajas
sólo
había que hacer un cambio,
ponerte
un nombre que fuera
de
los tres pueblos el lazo
que
juntara para siempre
a
sus hombres y a sus campos,
Villatorres
yo pensé que sería más adecuado,
por
estas y otras razones
que
contar no viene al caso:
Conservas
de nombre el “Villa”
que
es más que Villar un tanto,
una
villa como sede
cogió
el rey de un gran estado,
de
aquel que el Sol en sus tierras
jamás
ocultó sus rayos.
“Torres” son tus dos hermanas:
Torre-Alba la de Vados,
que
aunque sea moderna y joven,
se
remonta su pasado,
entre
gente de nobleza,
a
otros tiempos muy lejanos,
y
en lo de vieja y antigua
Torequebradilla es tanto
como
el hierro de sus minas
o
las aguas del Salado.
¿No
recuerdas, Villargordo,
o
no quieres recordarlo,
el
origen de tu historia
que
en tu escudo está grabado?:
Los
Torres de Portugal
fueron
dueños de tus campos,
leales
nobles al servicio
de
Isabel y de Fernando,
por
lo que pienso que fue
tal
vez olvido o milagro
no
llamarte Villatorres
si
Torres eran tus amos.
Te
amo tanto, Villargordo,
que
Villatorres te llamo.
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