Colaboración de D. Ramiro Aguilera Vaquero
En
el diario IDEAL de ayer, 24 de abril
de 2016, he leído un artículo firmado por un tal José Correa Díaz, titulado “REGENERACIÓN”,
que me ha parecido digno de que todos lo conociéramos, referente a la picaresca
que impera en nuestra sociedad. Copio
sólo la parte que más me ha impresionado:
[Cuando
viajan semanalmente al Parlamento Autonómico cuatro diputados en un solo coche,
¿cuántos kilometrajes cobran? Cuando se forma un tribunal para una plaza en la
Universidad, ¿está dada de antemano o no? ¿Existe en ella el nepotismo? Cuando
se forma parte de los tribunales de oposiciones para la Administración,
¿cuántos recomendados lleva cada miembro en su cartera? ¿Copiar en un examen no
es corrupción? Inscribirse y cobrar el “paro” quienes tienen trabajo no
declarado, ¿cómo se califica? Recibir ayuda domiciliaria quienes han
escriturado todas sus posesiones a nombre de los herederos solventes, ¿no es
una inmoralidad?
Mi
amiga Annette, danesa afincada en un pueblo del cinturón granadino, ha sufrido
lo suyo para que le cobren el IVA en las múltiples reparaciones de su chalet. Y
lo ha conseguido. Por lo que no hay que buscar la corrupción solo en las altas
esferas.
Bécquer, en la rima XXI , dice:
-
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú.
Tal
vez, si preguntáramos quién es corrupto, nos resonara la voz de Bécquer: ¿Y tú
me lo preguntas…?
La
clase política ha demostrado ya ser
incapaz de liderar un proyecto aceptable de regeneración, que debe empezar por
ella misma. Tampoco a los intelectuales
de los distintos sectores se les ve con el carisma para arrastrar a esta
sociedad a la regeneración. ¿Qué cabe esperar? ¿Qué podemos hacer?].
Eso
mismo digo yo. Un abrazo.
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