Colaboración de Ramón Albao Carmona
Porque
tú, siendo grande,
te
exasperas en los días.
Porque
tú, siendo noble,
te
desmayas ante el Sol…
¿Hacia adónde vas, caminera de la Luna?
¿Adónde
están tus ilusiones?
Yo
cantaré por los otoños tristes,
en
los inviernos fríos,
en
las simas y en los altozanos,
por
los caminos incruentos,
por
las campiñas ardientes te encontraré,
te
contaré secretos y te cantaré.
Te
hablaré de tus olores muchos,
de
mis penas, de mis alegrías
y
de mis niñas que no comprenden.
Tú,
tan blanca y tan verde,
que
no pongas más la otra mejilla
y
que tus campos no sean poemas mudos.
Que
me des libertad para soñarte,
para
quitarte la brida que te sujeta
y
para que seas tú… ¡Por España y la Humanidad!
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