Capítulo I
Colaboración de José Martínez Ramírez
SANTIAGO APÓSTOL 2016
Zebedéo y Salomé
fueron sus padres,
Matamoros, creo, fue su hermano mayor,
y, a partir de ahí, se dibujó este aquelarre,
esta fiesta de verano con alcohol.
Hay quienes frenan el despilfarre
yéndose a la playa por equivocación,
el caso es que no hay quien agarre,
sin vino y jolgorio, alguna procesión.
Una mano, han buscado, que amarre
mil paraguas y no es un agresor.
De otros mil colores, ya se sabe,
el sentido de la fiesta del calor.
Así que, quiero decir, que me atrae
como siempre la feria de mi corazón.
Y menos pegas y diretes que ya cae,
el escarchazo sobre “El Llanarón”.
Creo que del pensamiento se extrae,
que hay mucha preocupación
por estar poco ocupados, se sabe
de este mundo cada vez menos follador.
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