Colaboración de José Martínez Ramírez
Creo
que corría el año 1984 y mi corazón no sé si andaba latiendo pletórico bajo el
pecho de ese apuesto licurgo que soñé ser o andaba hecho añicos debido al mal
de amores, seguro que lo segundo.
En
la “Academia de Guardias” de Baeza (Jaén) estábamos varios villargordeños
cumpliendo con la Patria , como alumnos,
para “jurar bandera” como “Guardias Civiles Auxiliares” y allí fue
donde tuve el honor de conocerlo. SANTIAGO
había nacido en Hondón de las Nieves (Alicante), era
hijo del cuerpo y su familia vivía en Linares
(Jaén). Este joven compañero,
estaba de “instructor” en la cuarta compañía y yo en la quinta.
Desde
Baeza, una vez que superó el examen
para realizar el curso como “Guardia-Alumno”
pasó a Úbeda (Jaén). Una vez allí, también tuvo que superar otro nuevo periodo
académico y, a su conclusión, fue destinado a una unidad. Tenía una gran
inquietud por mejorar en lo que hacía y por esa forma de ser, tres meses y
medio después, ya se encontraba realizando el “Curso de Tráfico” en Madrid.
Todas
las mañanas y desde la “Escuela de
Tráfico” que estaba ubicada la calle
Príncipe de Vergara, no sé si a ésta
también le han cambiado el nombre, un convoy compuesto por un autobús, un minibús y un todoterreno
trasladaba a setenta agentes muy
jóvenes, sus edades oscilaban entre los
18 y los 25 años, al “Campo de Prácticas
de Conducción de Motocicletas” que entonces estaba localizado en Venta de la Rubia, en la zona militar de
Campamento. Eran las siete horas y
cincuenta minutos del lunes 14 de julio de 1986, y estos alumnos del “I Curso de Circulación y Tráfico” para guardias procedentes de la “Academia de Úbeda”. Al efectuar el
convoy un giro a la derecha en la plaza de la República Dominicana para tomar después la calle Costa Rica y seguir con dirección a la M-30 Sur; una furgoneta “Sava” matrícula CR-0185-A los estaba esperando cargada con 5 ollas a presión que estaban preparadas con un total de 40
kilogramos de “goma dos y metralla”,
la tenían aparcada en doble fila y la hicieron explosionar mediante activación
por control remoto… Del resto sobran las palabras.
El
angelico que activó el mecanismo eléctrico, aunque suene raro, tiene el nombre
de Antonio Troitiño Arranz y, cuando
nació, su madre también lo amamantó. En ese momento pertenecía a la pandilla de
indeseables compuesta por IGNACIO DE JUANA CHAOS, IDOIA LÓPEZ RIAÑO Y JUAN
MANUEL SOARES GAMBOA.
Hoy
he recordado a mi buen amigo SANTIAGO
IGLESIAS GODINO porque he
visto su foto junto a la de los cientos de “Guardias Civiles” que fueron
“asesinados” por la “pandilla
terrorista”.
D.E.P.
NI OLVIDO NI PERDONO
Notas tomadas
de Internet.
Fue mi catequista, vecino y mi amigo, los sábados nos sentábamos en unas escaleras de un bar, "bar la fuente",me enseñaba a hacer figuras con la serpiente mágica de Rubik, siempre lo he llevado en mi corazón, era tan buena persona, solo te transmitía alegría y tranquilidad, no se merecía ese final, yo entonces tenía 12 años, tengo grabado en mi mente el día que se le dio sepultura, su hermano mayor se llevó el crucifijo del ataud. Espero volverlo a ver algún día y que termine de enseñarme a hacer el cubo a la velocidad que el lo hacía.
ResponderEliminarNo se quien eres pero te mando un fuerte abrazo.
ResponderEliminarConocí a Santiago siendo un niño en el cuartel de La Carolina, entonces se le llamaba Santi, jugaba con mis dos herman@s pequeñ@s. Su familia eran muy buena buena gente y su madre y la mía se llevaban bien. El día del atentado cuando mis padres me dijeron que Santi había muerto , no me lo podía creer y lloré por él, por su padres y hermanos. Hoy tendría 58 años y eta le arrebató la vida siendo un chaval. Un beso al cielo.
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