Colaboración de Paco Pérez
LOS EFECTOS QUE SE DERIVARON
La
muerte de Jesús fue un golpe tremendo para el pueblo y, sobre todo, para los discípulos…
¿Por qué?
Porque
no comprendían lo sucedido, creían
que Dios lo había abandonado y comenzaron
a pensar que tal vez no fuera el Mesías.
Unos días después, Jesús resucitó y se sucedieron las apariciones, entonces ellos se
sintieron fortalecidos de nuevo con
su presencia, comprendieron lo
ocurrido, recuperaron la fe, se
mostraron alegres de nuevo, ya no
tuvieron miedo y salieron a la calle
para enseñar dando testimonio.
Durante
años, después de aquel acontecimiento portentoso, los primeros cristianos vivían
su creencia alimentados espiritualmente con el recuerdo de Cristo resucitado pero después de un tiempo comenzaron a entrar en
contacto con unos escritos en los que se contaban las experiencias que tuvieron
los discípulos y el pueblo con Jesús. Esas narraciones habían sido escritas por personas diferentes, recogían
los hechos ocurridos en un pasado reciente y en ellas los autores exponían su
particular experiencia y visión de los hechos. Con el tiempo esos relatos se
convirtieron en los evangelios, textos adecuados para ser usados como “catequesis” en la evangelización y con los que la comunidad cristiana pudiera
profundizar, entonces y ahora, en lo que Dios
espera que hagan las personas.
La
muerte de Jesús generó muchas dudas
a todos pero cuando se presentó resucitado
ya comprendieron que Dios no lo había
abandonado en la cruz y la noticia, de inmediato, actuó sobre los discípulos quitándoles
la tristeza y el miedo que los tenía paralizados y restaurándoles la alegría perdida.
La
“Resurrección de Cristo” fue el
triunfo del AMOR de Dios sobre el PECADO y la MUERTE.
Tras
la Resurrección, los apóstoles cambiaron su comportamiento después
de volver a convivir con Jesús y ya se
lanzaron sin miedo a la evangelización.
El pueblo, al ser informado por los
discípulos de lo ocurrido, experimentó un cambio radical en su comportamiento
hacia ellos y por eso se les acercaban para escucharlos, para que les hicieran
algún milagro o para formar parte de la comunidad cristiana.
Unos
años después, Juan, escribió un
relato en el que expuso las consecuencias que padeció por predicar a Jesús. Dos mil años después nada ha
cambiado pues los cristianos siguen estando perseguidos y asesinados como Él, esta realidad se ha comprobado hace
unos días con los atentados sangrientos que se perpetraron en Sri Lanka.
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