Cuando
flote el desconsuelo
en
la nada de esas rosas amarillas
del
verano y palabras de armonía,
belleza,
amistad, amor, un te quiero…
En
mis manos llevaré prendidas
tus
siempre y tus sonrisas.
Hoy
digo a tus ojos, yo los siento,
y
que siempre los sentí vida mía.
Y,
de versos de Machado, ese día
arderán
los tuétanos del hielo,
de
laurel y caminos de ambrosía.
Mas
esas hojas que cayeron un día
se
clavaron como espadas en mi pecho.
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