Colaboración de José Martínez Ramírez
Para los que no desean perder lo que no tienen.
Si
te vas, yo que te veo sin verte,
el
aroma del trigo verdea y grita,
dulce
como cerezas del Jerte,
la
tierra temblara conmovida.
Si
te vas, inventare otras estrellas
entre
las tibias blancas sábanas,
colmena
de limón viva de la estepa,
prolongaré
al día un puente en mi cama.
Si
te vas, infeliz a la deriva incurso
en
la media nuez de la memoria,
quien
puso más en esta historia
flor
de azahar, vestida de desnudo.
Si
te vas, habrá una tregua infinita
un
pómulo sin parpado indefenso,
una
mano sola apenas sin caricias
transparente
e inútil como un sueño.
Si
te vas, el hijo pródigo de la esperanza
descubierto
al fin en la ciudad perdida,
al
fondo de la mar siempre aguarda
la
miel de la sal que nunca olvida.
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