Colaboración de José
Martínez Ramírez
El
secreto de la convivencia es
complejo y muy desconocido para el ser humano. A veces creemos conocer a
nuestros semejantes. Sus gustos armónicos, sus sentimientos elegantes o al
revés. Pensamos y comunicamos mensajes y es muy difícil complacer al que escucha.
Decir lo que pensamos sin traicionarnos a nosotros mismos, puede acarrear
dolorosas consecuencias. Motivo por el cual mentimos, algunos más que hablan.
Sonreímos solo por aparentar a veces y agraciar. Le damos un baño de laurel a
la persona que pretendemos llevar a nuestro terreno, de arenas movedizas alguna
vez.
Segismundo,
si recuerdo bien, estando en la prisión meditaba con la vida y los sueños. Al
principio de la obra su comportamiento es violento y vengativo, después perdona
a no recuerdo él nombre… dice que todos soñamos, el que agravia y ofende y dice
también que todos soñamos pero que no llegamos a entendernos. En lo elemental
nuestra evolución deja mucho que desear.
Los
seres humanos soñamos cosas, la mayoría agradables, el problema llega cuando
esos sueños no se cumplen, circunstancia habitual con todos nosotros. Las
frustraciones son mayúsculas y condicionan nuestro comportamiento. Cuando
insultamos al prójimo porque piensa la contrariedad de nuestras ideas, la
convivencia se va de vacaciones con billete de ida. Y así mostramos nuestra
debilidad. La base fundamental para convivir decía Humberto Giannini en sus escritos palabras como; tolerancia,
perdón, armonía, dialogo a fin de no caer en la violencia y acabar en una
situación lamentable para la dignidad humana.
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