Colaboración de José Martínez Ramírez
I
Entró
sin
querer en la zapatería
con
vaqueros, de puntillas,
y
el zagal se enamoró.
Vio
José,
el ciego, a Juanito
comprarle
un anillo
Quedó
de
la niña sorprendido
y
su cara de chiquillo,
muy
descalza se quedó.
Compró
suerte
en Doña Anilla
que
regaló a su prometida,
y
después ya se largó.
Pensó
que
volaban las caricias
que
corrían las encinas,
una
vez que lo besó.
Soñó
con
un viaje de ida
sobre
una estrella rendida,
hasta
siempre corazón.
II
Se
nos ha ido el baterista,
por
el camino de la mar,
cubierta
va Alfonsina,
Mariana
viene y va.
Un
quejio en la casilla
entre
olivos supertramp.
Francisquillo
acaricia
a
Juanito en un altar.
No
es el siglo de las divas
ni
de Bécquer es el desván.
Sus
tres toques son las siglas,
pura
magia al personal.
Vicente
el trompetista,
Lorente
arranca un vals,
Lucas
como arreglista
la
guitarra suena ya,
y
el bajo pone la guinda
los
Nuevos Nublos de verdad.
Carpanto
sonríe y brinda,
a
Benjamín le trae coñac.
Baila
Verlaine en su silla
y
los Creedence en el pilar,
con
los Brincos, Maravillas
de
cine y bodas sin par.
Palomas
desde Sevilla
los
vienen a escuchar,
con
los Beatles en cuclillas,
fue,
nuestro Ringo Star.
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