Colaboración de Paco Pérez
CAMINO PARA SEGUIR A JESÚS
Los
judíos, al regresar de Babilonia, comprobaron que todo estaba destruido y que
necesitaban levantarlo apoyados en normas pero, como no las tenían, Esdras les
leyó el Libro de la Ley explicándoles el contenido, ellos aceptaron y lo proclamaron
como la “Santa Ley de Dios” que los guiaría.
Hoy, los cristianos también vivimos esclavizados porque las debilidades de los tiempos nos atan, alejan de Dios y nos toca levantarnos. Ellos lo hicieron partiendo de cero pero nosotros no pues tenemos en la Biblia las enseñanzas de Jesús… ¿Las conocemos y practicamos?
Poco
porque hemos recibido una enseñanza sustentada en tradiciones pero no en la
lectura explicada de la BIBLIA y en la solución de los problemas de la
comunidad.
Jesús,
en Nazaret, vivió y se educó como un miembro más de una familia creyente que
estaba insertada en un entorno en el que se ayudaban, lloraban y divertían
juntos… Esta enseñanza era posible porque en aquellas FAMILIAS se respetaba a
los mayores y aprendían de ellos y del entorno porque todo era sencillo. Cuando
Jesús comenzó a evangelizar les puso ejemplos con las experiencias aprendidas en
esos años de vida silenciosa.
Lucas
comunica que dio prioridad a los problemas de los pobres, los cautivos, los
ciegos, los oprimidos y que se manifestó como el ungido… ¿Coinciden nuestras
preocupaciones con las suyas? ¿Tratamos correctamente los problemas ajenos?
Creo
que no valoramos acertadamente que haya personas que arriesguen su vida para
encontrar en otros países un puesto de trabajo que les haga vivir con dignidad
a ellos y sus familias. Si las personas del lugar no les dan una acogida
favorable es porque aún no tienen asimiladas las palabras con las que Jesús
marcaba sus prioridades.
Pablo
nos enseña qué debemos hacer con una comparativa entre el cuerpo humano, un
conjunto de órganos diferentes que contribuyen a su funcionamiento, y la
Iglesia, grupo de personas que deben actuar unidas a Jesús al ser hijos del
mismo Padre.
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