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domingo, 9 de febrero de 2025

SEGUIR A JESÚS

 Colaboración de Paco Pérez

ÉL NOS SIGUE LLAMANDO  

La grandeza del Señor está junto a nosotros a diario, se nos muestra en la Creación, pero, como vivimos muy ocupados en las minucias, no la percibimos y no trabajamos para que sus propuestas se implanten. Isaías la conoció en una visión y se declaró pecador, lo perdonó, le propuso comunicar su mensaje y aceptó.

Después, el Señor sigue manifestándose a las personas y lo hace adaptándose a los tiempos y al nivel cultural de quienes escuchan.

Jesús nos enseñó el camino definitivo con actos ejemplares y nosotros trabajaremos guiados por las enseñanzas que se desprenden de ellos, así el planeta podrá ser de nuevo el lugar idílico que Dios nos regaló al comienzo de los tiempos.

Jesús comenzó en el lago de Galilea con métodos diferentes y acciones bondadosas porque sabía que, para desarrollar su plan, necesitaría rodearse de personas que lo escucharan, conocieran y comprendieran, se convencieran de su verdad y le siguieran ilusionados. Para captar el seguimiento de los apóstoles combinó las palabras y las acciones extraordinarias, la “Pesca milagrosa” es un buen ejemplo. Lo fue porque comprendieron “qué había ocurrido”, en este caso “una pesca abundantísima”; “quién lo había hecho”, “un tal Jesús” y “por qué”, “para ayudar a los necesitados”.

Como la sociedad siempre necesita realidades y no promesas vanas pues es lógico que después de presenciar aquella escena los sencillos e incultos pescadores que le acompañaban reconocieran a Jesús como su autor, no dudaran más de Él y aceptaran su propuesta de seguimiento sin titubear.

Así mostró el camino del Reino a quienes vinieran detrás. Los apóstoles continuaron su labor predicando y organizando las primeras comunidades cristianas, Pablo lo hizo pues el Señor lo escogió… ¿Cómo se explica?

Supongo que encontró en él las cualidades adecuadas: Arrepentimiento; creencia ciega; cambió total, pasó de perseguir a los seguidores de Jesús a evangelizar, y, finalmente, murió por Él.

Aconsejaba a los corintios que trabajaran por la causa de Cristo pues murió por nuestros pecados y resucitó; que cometer errores no es una situación final sino transitoria pues el problema no está en caer sino en no levantarnos cuando se nos da la mano para hacerlo, Jesús se la dio a él, cambió y no le falló.

 

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