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jueves, 6 de diciembre de 2012




(La apuesta de los penaltis)

En nuestros mejores años mozos,
jugando en las eras a peloteros,
Botana y YO, éramos los primeros,
la pelota nos colmaba de gozos.

En Villargordo, de maestro titular.
Era D. Luís Pérez, entrenador sin par.
Botana fuerte el balón chutaba,
y Yo, muy hábilmente, paraba.

En el rústico campo pelotero,
que frente al Cuartel estaba,
a la pelota, siempre se jugaba,
Él de delantero y Yo de portero.

Hecha esta introducción,
oíd el caso de cierta ocasión.
Hace ya bastantes años,
un secretario, con apaños,
vino al Ayuntamiento,
ocupando el cargo al momento.

D. Alejandro, era el letrado,
con un vástago del cual presumía,
que de portero en el Madrid ejercía,
a D. Luís le dijo, que lo alineara
en puesto mío, ya que estaba alado,
para que así en mi lugar él jugara.

A lo cual D. Luís le contestó,
que Yo, Adriano, era el titular,
y no me dejaba sin jugar.
Pero, para su tranquilidad,
una apuesta le concertó,
con la máxima equidad.

El reto, esto, decía de fijo:
A Adriano y a tu hijo,
diez penaltis le tirará,
Botana, el centrocampista,
quien más pare ganará,
tendrán que agudizar la vista.

El portero menos goleado,
de premio cien pesetas recibiría
y sería en el partido alineado…
¿Qué sería lo que ocurriría?

Ved, qué pasó con la apuesta hecha:
Yo, le dije a Botana,
tira tres tiro a la derecha,
a media altura y con gana,
y dos a la zocata,
sin darle fuerza a la pata.

Así los chutas sucesivamente,
hasta que la serie se acabe,
sabiendo dónde va el balón,
lo pararé limpiamente
y adornaré el paradón,
pues nuestro amaño nadie sabe.

Cuando le chutes al madrileño,
la pierna que sea un leño
y una bala el balón será,
que el pícaro no parará.

De esta forma ganaremos
y vino de gratis beberemos.
Y así pasó, que Yo paré nueve
y al madrileño le coló nueve.

Los veinte duros ganamos
y de vino nos hinchamos.
Gran cogorza pillamos
y esta canción cantamos.

Tres por la derechaaaaa,
dos por la izquierdaaaaaa.
tres por la derechaaaaa,
dos por la izquierdaaaaa.

Nos ha hecho coger esta mierda:
Tres litros de vino,
cuando Alejandro vino,
de Madrid con su hijo pillo,
lo engañamos como a un pardillo,
picaron el anzuelo,
el padre y el chicuelo,
picaron el anzuelo,
el padre y el chicuelo.


Tres por la derechaaaaa,
dos por la izquierdaaaaaa.
tres por la derechaaaaa,
dos por la izquierdaaaaa.


              José Carlos Castellano
              Villargordo, diciembre de 2012 



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