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viernes, 4 de enero de 2013


EL “AÑO VIEJO”
EN
VILLARGORDO de JAÉN

Colaboración de Paco Pérez

Capítulo IV


Esta noche no tenía intención de publicar pero me han cedido estas imágenes y no se pueden quedar en el archivo.
En primer lugar les seguiré mostrando los atuendos de los integrantes de nuestro grupo:




Continuaré con una celebración en el “Tropezón”, no sé en qué año tuvo lugar porque yo no estuve esa noche. Las vamos a saborear por gentileza de PacoCarpanto” que, a su vez, las había recibido de Juan José García y las tenía en su domicilio preparadas para devolverlas a su dueño. Una conversación casual sobre la publicación de ayer ha propiciado el poderlas exponer. 


Con estas fotos he viajado al pasado cuando he reconocido a dos personajes de la vida local, de ellos tengo magníficos recuerdos.
A D. Ramiro Aguilera Vaquero lo quiere todo el pueblo y yo de una manera especial.
La primera razón que me alimenta ese sentimiento es porque era muy amigo de mi padre, algo que yo nunca olvido, eso me hace respetarlo mucho y me empuja a seguir pensando igual hasta el final de mis días.
La segunda se debe a que, probablemente, su llegada al pueblo para ejercer su profesión propició que yo esté ahora escribiendo estas líneas para ustedes.
Era primavera, vacaciones de Semana Santa, caí enfermo y fui atendido por mi médico de cabecera, D. Tomás. Tuve unas fiebres muy elevadas y no remitían después de varios días de tratamiento. Mi padre se inquietó, se saltó el protocolo y pidió a D. Ramiro que me visitara. Éste, ante el cuadro que yo presentaba diagnosticó, sin analítica orientadora, que podría ser un cuadro de TIFUS y, para prevenir, se curó en salud y me mandó un tratamiento más adecuado que el que estaba tomando. Pasados unos días se me complicó la enfermedad y, como tuve una hemorragia nasal muy grande, me trasladaron a Jaén para internarme. Tras varias pruebas por fin salió el diagnóstico, era TIFUS, y en unos días quedó el tema resuelto.
¿Me creen ahora? ¿A que no soy pelota?
Con el Sr. Juan CrespoPesetitas” jugué muchas partidas al dominó y una nos marcó el futuro.
Para las Fiestas de Santiago se celebraba un campeonato. Francisco Jiménez CruzChaqueta” me propuso participar y acepté formar pareja con él. Hasta ese año nunca había participado y la razón para no hacerlo es porque huyo de los calendarios y de los horarios oficiales, es una fobia que he adquirido por mi profesión y por ello siempre preferí, y prefiero, no ajustarme a compromisos oficiales, este campeonato me obligó a jugar cuando me tocaba.
El Sr. Juan y el Sr. Pepe, llegaron a la FINAL y la disputamos en la puerta del RestauranteEl Recreo” rodeados de público. Nos ganaron la primera partida, la segunda fue para nosotros y en la tercera les llevábamos una gran ventaja y Francisco dio dos cierres de máxima puntuación, los perdimos y también el trofeo. Quedamos SEGUNDOS.
Un tiempo después disputamos una partida amistosa en la puerta del “Tropezón” y Juan cogía unas fichas buenísimas. Como se mostraba muy eufórico yo le comenté que de conocimientos sobre el juego estaba en pañales y él, como era muy gracioso en sus respuestas, me contesto dirigiéndose a quienes nos observaban:
- El chico está dolido.
Algunos se percataron del dardo que me había lanzado y otros, los que no presenciaron la FINAL del torneo ni se coscaron.
Puedo afirmar que esa frase siempre la tengo en mi repertorio desde entonces porque fue oportuna, ingeniosa, graciosa y educada.
Como nos dejó, quiero recordar esta noche los buenos momentos que vivimos juntos gracias a los tejoletas.
¡¡¡Sr. Juan, allá dónde esté, va por usted con todo mi cariño!!!

Hoy concluyo la serie de “Año Viejo”. Si Dios nos mantiene la ilusión, las ganas de escribir y las de leerme os prometo que volveré con las fotos que ya tengo en el archivo y con las que me mandéis durante este tiempo.










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