EL “AÑO VIEJO”
EN
VILLARGORDO de JAÉN
Colaboración de Paco Pérez
Capítulo IV
Esta noche no tenía intención de publicar pero me
han cedido estas imágenes y no se pueden quedar en el archivo.
En primer lugar les seguiré mostrando los atuendos de
los integrantes de nuestro grupo:
Continuaré con una celebración en el “Tropezón”, no sé en qué año tuvo lugar porque
yo no estuve esa noche. Las vamos a saborear por gentileza de Paco “Carpanto” que, a su vez, las había recibido de Juan José García y las tenía en su domicilio preparadas para
devolverlas a su dueño. Una conversación casual sobre la publicación de ayer ha
propiciado el poderlas exponer.
Con estas fotos he viajado al pasado cuando he
reconocido a dos personajes de la vida local, de ellos tengo magníficos
recuerdos.
A D. Ramiro
Aguilera Vaquero lo quiere todo el pueblo y yo de una manera especial.
La primera razón que me alimenta ese sentimiento es porque
era muy amigo de mi padre, algo que yo nunca olvido, eso me hace respetarlo mucho
y me empuja a seguir pensando igual hasta
el final de mis días.
La segunda se debe a que, probablemente, su llegada
al pueblo para ejercer su profesión propició que yo esté ahora escribiendo
estas líneas para ustedes.
Era primavera, vacaciones de Semana Santa, caí enfermo y fui atendido por mi médico de cabecera,
D. Tomás. Tuve unas fiebres muy
elevadas y no remitían después de varios días de tratamiento. Mi padre se inquietó, se saltó
el protocolo y pidió a D. Ramiro que me visitara. Éste, ante el cuadro que yo
presentaba diagnosticó, sin analítica orientadora, que podría ser un cuadro de TIFUS y, para prevenir, se curó en
salud y me mandó un tratamiento más adecuado que el que estaba tomando. Pasados
unos días se me complicó la enfermedad y, como tuve una hemorragia nasal muy grande,
me trasladaron a Jaén para internarme. Tras varias pruebas por fin salió el
diagnóstico, era TIFUS, y en unos días
quedó el tema resuelto.
¿Me creen
ahora? ¿A que no soy pelota?
Con el Sr. Juan
Crespo “Pesetitas” jugué muchas
partidas al dominó y una nos marcó el futuro.
Para las Fiestas
de Santiago se celebraba un campeonato. Francisco Jiménez Cruz “Chaqueta”
me propuso participar y acepté formar pareja con él. Hasta ese año nunca había
participado y la razón para no hacerlo es porque huyo de los calendarios y de
los horarios oficiales, es una fobia que he adquirido por mi profesión y por
ello siempre preferí, y prefiero, no ajustarme a compromisos oficiales, este
campeonato me obligó a jugar cuando me tocaba.
El Sr. Juan y el Sr. Pepe,
llegaron a la FINAL
y la disputamos en la puerta del Restaurante “El Recreo” rodeados de público. Nos
ganaron la primera partida, la segunda fue para nosotros y en la tercera les
llevábamos una gran ventaja y Francisco dio dos cierres de máxima puntuación,
los perdimos y también el trofeo. Quedamos SEGUNDOS.
Un tiempo después disputamos una partida amistosa en
la puerta del “Tropezón” y Juan cogía unas fichas buenísimas. Como se mostraba
muy eufórico yo le comenté que de conocimientos sobre el juego estaba en
pañales y él, como era muy gracioso en sus respuestas, me contesto dirigiéndose
a quienes nos observaban:
- El chico
está dolido.
Algunos se percataron del dardo que me había lanzado
y otros, los que no presenciaron la
FINAL del torneo ni se coscaron.
Puedo afirmar que esa frase siempre la tengo en mi
repertorio desde entonces porque fue oportuna, ingeniosa, graciosa y educada.
Como nos dejó, quiero recordar esta noche los buenos
momentos que vivimos juntos gracias a los tejoletas.
¡¡¡Sr. Juan, allá dónde esté, va por
usted con todo mi cariño!!!
Hoy concluyo la serie de “Año Viejo”. Si Dios nos
mantiene la ilusión, las ganas de escribir y las de leerme os prometo que
volveré con las fotos que ya tengo en el archivo y con las que me mandéis
durante este tiempo.
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