El
pasado 24 de diciembre me encaminé hasta el
Museo “Cerezo Moreno” y lo hiceatraído
por eldeseo de ver el “BELÉN” que se exponía durante estos
días en una de sus salas. Unas fechas antes me informó Juan Moreno Moreno
de que le habían propuesto, desde el Ayuntamiento, montar un belén con los
elementos decorativos que él había ido creando y guardando durante unos años.
Toda esta silenciosa labor la realiza como fruto de su afición por la
construcción artesanal de miniaturas.
De nuevo, una foto despierta
el recuerdo hacia los personajes que aparecen en ella y en conversaciones con
diferentes personas se logra hilvanar algunos hechos de sus vidas, los que ocurrieron
en un pasado todavía no muy lejano.
Cuando viajas hasta
ese pasado reciente y arañas un poco en la vida de los personajes, con la única
y sana intención de que no se pierdan los hechos o anécdotas de nuestro pueblo,
compruebo lo maravillosa que es la mente y con qué facilidad responde para que
aparezcan algunas imágenes de esas historias
sencillas que ya estaban dormidas, tal vez, para siempre. Esto ocurre cuando
pulsas en la tecla adecuada y entonces brotan con fuerza, gracias al recuerdo,
esas vivencias.
Miguel,
así se llama el protagonista de los hechos, es un señor de Córdoba que también
está jubilado ya y que suele vivir a caballo entre su ciudad de residencia y
Nerja.
D. Antonio
Cañas Calles,
dedicó toda su vida a la enseñanza y hoy
quiero felicitarle por el "Premio Reino
de Jaén", instituido por el Diario
JAÉN, y que se le ha concedido, en su primera edición, a propuesta del Excmo. Ayuntamiento de Villatorres.
Lo
hago dedicándole este pequeño poema y en el que intento sintetizar en pocas palabras
su enorme trayectoria… ¡Enhorabuena!
Tu
antiguo alumno y pariente, José Carlos Castellano.
El
pasado jueves, día 11, recogí del buzón la correspondencia que unos minutos
antes había depositado el cartero en él y, la verdad, nada más verla me
sobresalté un poco porque había un sobre de tamaño inusual que llevaba el
membrete del Excmo. Ayuntamiento de Villatorres. No tenía nada de qué temer de
tan insigne institución local pero estos sobres es mejor no recibirlos porque
no suelen traer buenas noticias para el ciudadano debido a que normalmente
suelen ser impagos, cosas de mal sabor de boca cuando de económica se trata o
vaya usted a saber qué otra sorpresa me reservaba.
Pues
bien, en el caso que os relato fue una sorpresa, sí, pero muy agradable…
Hace
años, las niñas jugaban con sus muñecas
de trapo; a la rueda; al esconder; a la chicha; a la comba, a
las casicas, para imitar las actividades de las madres…
La
sociedad cree que vive en libertad y que toma las decisiones por sí misma pero
creo que está algo confundida por no decirle de pronto que bastante, de hacerlo
así resultaría demasiado atrevido por mi parte.