viernes, 27 de septiembre de 2024

JESÚS AMA Y UNE

 Colaboración de Paco Pérez

LAS CREENCIAS HUMANAS SEPARAN

Las influencias familiares, sociales y culturales determinan nuestro comportamiento en todos los momentos de la historia ante los hechos que se nos presentan.

Moisés se reunió con los ancianos y Dios, tomando una parte de su espíritu, lo repartió entre ellos. Quienes lo recibieron no respondieron igual, unos persistieron profetizando y otros no. Los que no asistieron sí interpretaron bien el regalo de Dios y los otros no.

Josué propuso prohibir su labor profética pero Moisés le confirmó que hacían lo correcto.

sábado, 21 de septiembre de 2024

SER PRIMEROS O ÚLTIMOS

 Colaboración de Paco Pérez

¿POR QUÉ CAMINO VIAJAMOS?

Quienes son justos y responsables se preocupan de dar respuesta a los problemas de quienes lloran pero también los hay que no escuchan sus lamentos y, consecuentemente, no intentan consolarlos. Ocurre porque en la sociedad hay carencia de personas responsables y justas que, sin intereses personales, se acercan a quienes lloran para tratar de paliar esas deplorables situaciones.

Jesús conocía estos problemas sociales y por esa razón las propuestas que les hacía buscaban encontrar respuestas pero no eran comprendidas y por eso tuvo que dedicarles algún tiempo para hacerles ver que Él venía a servir, es decir, ser el último y que por ese empeño moriría… ¡Cómo iban a comprenderlo si lo veían como un liberador vencedor!

No fue suficiente el aprendizaje porque el egoísmo les hacía seguir deseando ocupar los primeros puestos y por eso les propuso ser como los niños… ¿Por qué?

Porque en aquella sociedad los niños eran los últimos pero Él los puso delante de todos y les aconsejó que actuaran como ellos si querían ser acogidos en el Reino, es decir, con inocencia y desinterés.

La sociedad continúa sin cambiar el pensamiento pues sucumbe ante la tentación de conseguir el poder para ser relevantes mientras Él sólo se preocupó de ser el último y ayudar a todos.

Santiago también habló de los problemas que afectaban a la sociedad de su tiempo y de su origen. Les dijo que cuando el mal inocula en las personas la envidia y la ambición éstas entorpecen las relaciones sociales y se generan rivalidades que desembocan en enfrentamientos pero si las personas escuchan al Señor aparecen buenos sentimientos, dicen la verdad y practican la justicia aunque no logren que sus buenos criterios sean escuchados.

Hacer el bien es el camino silencioso que debemos andar para mitigar la acción de la ambición pues esta fuerza es alimentada con el egoísmo y no con la búsqueda de puntos de encuentro que satisfagan a todos y no aplasten al débil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 14 de septiembre de 2024

JESÚS, EL INCOMPRENDIDO

 Colaboración de Paco Pérez

DECIR Y HACER, EL CAMINO

Siguen al Señor quienes escuchan su mensaje, trabajan para que llegue a la sociedad, no temen a las posibles consecuencias que les puedan venir de quienes no lo acepten y no responden a las ofensas que reciben.

Isaías lo enseñó y lo practicó muchos años antes que Jesús confirmara con su ejemplo que ese es el camino.

Él deseaba que quienes escuchaban y presenciaban sus ejemplos de vida lo comprendieran, que cambiaran y ayudaran a otros. Como hombre, necesitó evaluar el fruto de su predicación y, por lógica, comenzó por los discípulos porque lo habían presenciado y escuchado todo, por eso les preguntó:

[¿Quién dice la gente que soy yo?].

miércoles, 4 de septiembre de 2024

MARGINACIÓN E INDIVIDUALISMO…

 Colaboración de Paco Pérez

LA SORDERA DE NUESTROS DÍAS

El pueblo deportado a Egipto vivía atormentado y marginado pero Isaías les comunicó que los abandonados de los hombres debían confiar en el Padre porque siempre acude en ayuda de los que sufren para devolverles la libertad.

Pasaron los años y el pueblo seguía sufriendo porque los aposentados defendían sus intereses, se comportaban como si fueran sordos, nadie escuchaba los lamentos de quienes sufrían y sólo les ayudaba Jesús. Él curaba los problemas físicos de las personas y éstas quedaban impresionadas porque no comprendían cómo lo hacía pues lo que presenciaban se escapaba de sus entendederas humanas, lo catalogaban como milagros y reconocían que Dios intervenía, aunque no abandonaran sus cultos y oraciones. Para Jesús estas prácticas quedaban en un segundo plano pues Él vino para desarrollar su labor humanitaria antes que lo demás. Esta actividad evangelizadora no fue bien recibida por los poderes religiosos y políticos y por eso le hicieron sufrir.