Colaboración de Paco Pérez
NOSOTROS CONDENAMOS
En las relaciones humanas nos encontramos con un
problema rancio, la incomprensión de unas personas hacia otras. Esta realidad nos empuja a caminar y a vivir
solos, aunque estemos rodeados de muchos. Nos está ocurriendo porque al
relacionarnos sólo valoramos, al juzgar, la fachada y no husmeamos en el
interior, unas veces porque no se nos permite entrar y otras porque no mostramos
demasiado interés en conocer qué le pasa a quienes nos rodean.
El verdadero camino de las relaciones humanas lo muestra Jesús caminando por las calles de Jericó, lo hizo rodeado de personas pero éstas no acudieron movidas por impulsos concretos y sólo uno hizo algo diferente para conocerlo, Zaqueo… ¿Dónde estuvo la diferencia?