Villargordo, como todo lugar habitado, tiene sus peculiaridades y éstas son las que lo hacen irrepetible, inigualable e inolvidable.
Los que siempre hemos vivido aquí tuvimos la suerte de disfrutar en directo de muchas de las estampas sociales que caracterizan a un pueblo. Los que se tuvieron que marchar por diversas razones, al contactar con los seres queridos que aún permanecían aquí, las conocieron porque éstos se las contaban por teléfono, en las cartas o cuando volvían para pasar unos días de vacaciones.
El recuerdo de estas vivencias es el que aumenta, en el ausente, el deseo de volver.
Con el paso de los años desaparecen las personas que mejor las conocen y, por esa ley de vida, llegará un día en el que nuestras cositas únicas e irrepetibles se pierdan.
Impidamos que esto ocurra y para ello proponemos que, entre todos, elaboremos un archivo identitario.
¿Qué publicaremos en esta página?
Los hechos que, desde hace muchos años, nuestros mayores los fueron convirtiendo en algo normal: sentarse al sol en la calle para charlar o hacer labores, hechos personales graciosos…
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