Colaboración de Francisco Pérez
López
SIN OLVIDARNOS DEL AMOR A LOS INDEFENSOS
Las
personas siempre creyeron en un ser superior y esa creencia hizo que poco a
poco tomaran conciencia de su presencia entre ellas. Cuando llegó el momento, Dios
se manifestó a Moisés en el Sinaí y le entregó los Mandamientos
que guiarían la religiosidad de su pueblo. Cuando bajó, habló al pueblo y
le comunicó que el Señor se los había dado para que los cumplieran
durante toda su vida y así Él les regalaría prosperidad y larga vida. También
les recordó que había un Dios solamente y que a Él todos debían
amar.
Pasaron los años y el judaísmo estableció su modelo religioso con 613 mandamientos y los clasificó en preceptos, lo que debían cumplir, y prohibiciones, lo que nunca debían hacer.