Colaboración de Paco Pérez
Jesús hacía las
cosas de manera sencilla: Viajaba, visitaba a sus amigos, se hospedaba en sus
casas, comían juntos, los instruía… Así los fue educando en el camino de la verdad y debió de convencerlos, con sus palabras
y sus acciones, porque los
verdaderos amigos no le daban la espalda
jamás.
Unos
años después de su muerte, para ejercer la acción misionera, recordaban el comportamiento
que tuvo y sus enseñanzas les inspiraba los consejos que debían dar a los
nuevos misioneros para recorrer el camino de la “Proclamación de la Palabra”: [No
llevar pan, ni alforja, ni dinero; tan sólo un bastón para defenderse de las
fieras o de los salteadores, unas sandalias y una sola túnica.].