Colaboración de José
Martínez Ramírez
aquella hoja cayó en París,
con el vientecillo de San Martín.
Estoy seguro que no fui yo
el primero en besar
sus manchas de carmín.
El verano para quedarse llegó
aquel año en el mes de abril,
ese fuerte oleaje despegó
su pasado distraído por Madrid.