lunes, 30 de noviembre de 2020

ME MORÍA POR VOLVER

Colaboración de José Martínez Ramírez

Cuando de su casa voló
aquella hoja cayó en París,
con el vientecillo de San Martín.
Estoy seguro que no fui yo
el primero en besar
sus manchas de carmín.
El verano para quedarse llegó
aquel año en el mes de abril,
ese fuerte oleaje despegó
su pasado distraído por Madrid.
Viajera de un desmayo marrón
en vena, por el distrito de Chamartín,
el plástico del vodka con limón
por las verbenas de Chamberí,
a cambio de un paseo en colchón
por la mesita, un plato de jazmín.
En un puesto del rastro acabó,
se cree que por un desliz,
rodeada de fotos sin color
tan viejas como Madrid.
De Cascorro se enamoró,
dicen, en un bar de allí.
Ahora baila rokc and roll
mientras vende souvenirs.
Me moría por volver amor
cantaba Sabina en el cassette
entre citas de Borges, Luís
de nombre, ella se pierde.
Evita ya no baila con Freud
es la Piquer con Reverte.
  

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