VIAJANDO
CON
DON
RECUERDO
Colaboración de Paco Pérez
Capítulo VI
EL BARBERO DEL CERRO
“SAN CRISTÓBAL” (I)
En Villargordo
tenemos tres cerros que siempre están en boca de todos: Mengíbar,
Jaén y San Cristóbal. Hoy nos vamos a detener en el Cerro “San Cristóbal”:
De los tres éste es el que tiene una cita con la
historia y habría que viajar en nuestras indagaciones muchos siglos hacia el
pasado para encontrar vestigios de la presencia de otras civilizaciones en ese
lugar de nuestro entorno. Hace ya algunos años, unos treinta aproximadamente,
en el Colegio Público “Francisco Badillo” soplaba una brisa cultural muy interesante y, como
suele ocurrir con el movimiento del aire, ésta modificó ciertas costumbres de
trabajo algo rígidas e implantó otras más acordes con los tiempos, las que
todavía permanecen y se mejoran. Todos los movimientos que operan en el entorno
de un lugar dejan a su paso una huella y la grandeza de ésta estará en función
de la fuerza con que se mueve el aire, en este caso la actividad. Como fruto de ese ambiente y en el marco de las
actividades que se organizaban en primavera para promocionar la cultural, recibimos
en el “Comedor Escolar” al catedrático de Historia, D. Luís Coronas
Tejada. Este señor había sido, y era en aquellas fechas, profesor de muchas
de las personas que allí estábamos presentes y ese día nos habló de este lugar
y de su pasado histórico. He viajado hasta estas fechas con la información
que me da el recuerdo de lo que nos comunicó D. Luís ese día, ésta fue clave para ayudarnos a conocer la
relevancia histórica de nuestro querido Cerro
“San Cristóbal”. En este paraje los romanos tuvieron enfrentamientos
bélicos relevantes. Otra muestra de su importancia se encuentra en los restos encontrados
y que vienen a confirmar la presencia de otras culturas en el lugar.
Los niños siempre fuimos a ese lugar para jugar a
las típicas batallas que veíamos en los cines de entonces, era un lugar
inhabitado entonces y permitía todas estas acciones guerreras infantiles.
Con el paso de los años el lugar cambió su
fisonomía agreste por otra más humanizada porque se establecieron en esos
terrenos una granja, una industria maderera y otra aceitera y un restaurante, MIAMI II:
El objeto de este escrito es viajar hasta los
acontecimientos de la granja de ganadería vacuna... ¿Por qué?
Hemos hablado de los pelados históricos de Villargordo, los que se ocasionaron en
el marco de la ludopatía, pero nadie sabe, o no ha reparado en ello, que el Cerro “San Cristóbal” sigue siendo un
filón para nuestra historia local, ahora en el campo de los pelados. Para informarlos tendré que
hablarles de nuestro pasado reciente y de unos pelados realizados unos días
antes de venirme para Nerja… ¡¡¡Conozcamos
las BARBERÍAS de ese lugar!!!
En la segunda mitad de la década de 1970 un
villargordeño, conocido popularmente como “El
purillo”, después de estar un tiempo trabajando en el extranjero decidió
que había llegado la hora de regresar y de hacerse empresario ganadero. Él
tenía la ilusión de que con las pesetas
que había ahorrado, después de sus
años de esfuerzo y de sacrificio fuera, la vida futura debía de vivirla desde
otra posición y junto a los suyos, por eso decidió poner en nuestro pueblo una vaqueriza.
Cuando puso en marcha su ilusionante proyecto
comprobó que no sería tarea fácil porque necesitaba hacer la construcción de
unas naves para el ganado y etc, etc, etc… Cuando estuvo metido en la aventura hasta
los tuétanos se dio cuenta de que necesitaba visitar al banquero local para que
le ayudara a concluir su empresa porque sus ahorros se habían acabado y firmó el papel que le pusieron delante,
ya no podía pararse.
Estarán sorprendidos porque les hable de estas
cosas si el tema iba de pelados…
Ahora comprobarán que todo guarda relación.
Mi familia no vive junto al Cerro “San Cristóbal” y, a pesar de ello, cuando comenzó a vender
leche Marí iba todos los días a su
granja para comprársela porque se cundió por el pueblo que no había en el
mercado otra más pura y de más calidad que la suya. La venta era por las tardes
y había muchos clientes esperando en cola para comprársela porque cuando se
cocía dejaba un dedo de nata, esa
era la prueba del algodón sobre su calidad. Mari tenía la paciencia de coger todos los días esa nata, guardarla
en un tarro y, cuando consideraba que ya había suficiente, la montaba para preparar
alimentos de repostería. Desde entonces jamás he vuelto a tomar alimentos que contengan
nata, este proceder se lo debo a las buenas costumbres que tomamos en casa con
la leche de “El Purillo”.
Pues a pesar de tener clientela le vinieron unas
consecuencias lógicas derivadas de su honradez, él fue a la ruina vendiendo el
producto que le pagábamos y quienes vendían leche bautizada progresaron… ¿Por qué llegó a esa situación este empresario
honrado y más bueno que el pan, además de por lo dicho?
Porque un día el
barbero del Cerro “San Cristóbal”, sin pedirle permiso, le hizo un “pelado al cero”, es decir, no escuchó
los argumentos que él le daba, no le esperó
en sus atrasos y esa actitud del barbero lo abocó a la pérdida de su negocio y las
naves que albergaron la vaqueriza fueron
subastadas al mejor postor… ¿Quién
dijo que los desahucios son desgracias de nuestros días? Aunque
distanciados en el tiempo, aquellos y éstos, sí podemos afirmar que en ambos
periodos históricos seguimos siendo pelados
por el mismo BARBERO, los bancos.
Un día, cuando este pobre hombre se encontraba en
la fase de incertidumbre por no saber en qué iba a quedar su problema, recibía
promesas y luego no veía la luz por ningún sitio, entró a un bar a tomar unas
cervezas con los amigos. En el transcurso de la conversación surgió su problema,
lo debatieron y entonces explosionó ante los reunidos y les regaló esta frase
que forma parte de la historia de los desahucios:
- ¡¡¡Tenía
que meterse una guerra tan grande que no se encontrara ni un papel!!!
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