Colaboración de Paco Pérez
El domingo, día 8 de septiembre, tomó posesión
nuestro nuevo párroco, D. José Mª Romero
García.
Antes de la hora D. José Mª estaba delante del altar y saludaba a quienes vinieron
de otros lugares, después se retiró a la “sacristía”.
El acto contó con la presencia de D. Ramón del Hoyo López, obispo de nuestra
diócesis, de un elevado número de sacerdotes, conté hasta catorce y tal
vez fueran más, y de tres jóvenes seminaristas.
El templo parroquial estaba abarrotado de fieles, en un número bastante elevado
vinieron de las distintas parroquias en las que había desarrollado su labor
pastoral.
D.
Ramón entró en el templo parroquial unos minutos antes
de la hora oficial, se arrodilló ante el sagrario
en oración y después se encaminó hacia la sacristía.
Las campanas doblaron de manera puntual, a las 20:30 horas, su bello
sonido dio realce al momento y comenzó el solemne acto en
el que D. José Mª tomó posesión como
párroco de la Asunción, de Villargordo, y administrador
parroquial de San Francisco de Paula,
en Torrequebradilla, y de la Santísima
Trinidad, en Vados de Torralba.
D.
Antonio Garrido Colomina, como párroco cesante, también le acompañó y estuvo concelebrando
la misa.
El protocolo del acto fue desarrollado de manera
escalonada y un joven seminarista nos fue anunciando, previamente, el paso que
venía a continuación:
PRIMERO:
TOMA DE POSESIÓN
Un
sacerdote leyó el texto del Decreto
en el que el Obispo de Jaén nombraba a D.
José Mª y en el que se especificaban todos los detalles propios de lo que
sería el desempeño de su labor. A continuación el nuevo párroco hizo el
juramento de fidelidad, proclamación de su fe, renovación de sus promesas
sacerdotales y toma de posesión. También manifestó su total disposición para
trabajar fuerte y prometió no escatimar esfuerzos.
SEGUNDO: ENTREGA DEL
LIBRO DE “LA PALABRA DE DIOS”
El seminarista presentó al Sr. Obispo el texto en el que se desarrollaba el fundamento de ese paso.
A la conclusión hace entrega del libro a D. José Mª éste, lo muestra a los
fieles y lo deposita en el “Ambón”.
A continuación la misa concelebrada continuó y cada uno de los sacerdotes que
acompañaron a D. Ramón oficiaron, de
manera alternativa, con él.
Cuando llegó el momento de la Comunión algunos sacerdotes participaron en la administración de las sagradas formas a los fieles y los otros fueron pasando por el “Altar Mayor” para comulgar.
TERCERO: ENTREGA DE LAS LLAVES DEL SAGRARIO
De nuevo, un seminarista presenta al señor Obispo el texto explicativo del acto simbólico y éste, a continuación, hace la entrega oficial de ellas a D. José Mª.
Éste comenzó dando las gracias al señor Obispo por la confianza que había
depositado en él para estar al frente del Seminario
Menor de Jaén durante los cuatro últimos años porque en ellos había aprendido
mucho, aunque le hubieran supuesto esfuerzo. También tuvo palabras de
agradecimiento para las personas que habían colaborado en esa labor y, como no,
para quienes habían sido la razón de él, los seminaristas.
No se olvidó de sus padres, hermanos, cuñados y
sobrinos pues también estuvieron presentes en el acto. Les agradeció el gesto y,
de manera especial, valoró el sacrificio que hacen sus mayores acompañándolo en
sus diferentes destinos, a pesar de sus avanzadas edades. También tuvo palabras
de recuerdo para los feligreses de los diferentes pueblos en los que había estado
desarrollando su labor pastoral. Por último, agradeció a los sacerdotes presentes
que hubieran acudido para acompañarle hoy y no se olvidó de los quienes no
habían podido hacerlo.
En las primeras palabras que dirigió a sus nuevos
feligreses recordó la labor que habían desarrollado sus antecesores y nos mostró
su buena disposición para seguir el ejemplo de ellos. Hizo un planteamiento de
lo que debe ser una comunidad cristiana comprometida y cómo debemos de hacerlo,
todos juntos. A la conclusión los reunidos le dedicaron un caluroso aplauso.
A continuación ocupó el “Ambón” Fernando Jiménez
Ramírez y lo hizo en representación de los “grupos de trabajo” que integran el “Consejo Parroquial”. Le dio la bienvenida a nuestro pueblo, le
mostró una radiografía de sus gentes, le expuso que somos conscientes de que la
labor parroquial nunca está acabada, le agradeció las buenas intenciones que
traía y le ofreció el apoyo incondicional de todos para seguir caminando.
El
acto acabó recibiendo los asistentes, de D.
Ramón, la bendición y el anuncio de que el nuevo párroco iba a atender
a quienes desearan saludarlo.
Se comunicó que en el Salón Parroquial habría una convivencia y que podían asistir quienes lo desearan.
Hubo quienes se quedaron, también quienes prefirieron marcharse a casa a esperar ilusionados las propuestas del nuevo cura y, mientras lo hacían, comentaban la solemnidad y brillantez del acto.
Se comunicó que en el Salón Parroquial habría una convivencia y que podían asistir quienes lo desearan.
Hubo quienes se quedaron, también quienes prefirieron marcharse a casa a esperar ilusionados las propuestas del nuevo cura y, mientras lo hacían, comentaban la solemnidad y brillantez del acto.
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