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jueves, 16 de octubre de 2014

POEMA PARA OLVIDAR

Colaboración de José Martínez Ramírez

Hoy, después de montear,
he parado en Villargordo
antes de llegar a Mancha Real.

En casa de Paco Almagro,
años ha que se quitó el pañal,
y un Gin Tónic de milagro
con Sánchez y su zagal.

Y mi hijo muy avispado
me ha dicho… ¡Amado papá,
tu profe y José Carlos,
habitan en este placentero lugar.
Así que los he saludado,
aunque ninguno ha invitado.

Las prisas de la rima feudal
al fresquito que, en mi mano,
consumido con pistachos vía oral,
saludaba a los parroquianos.

He visto a “peluca”, hecho un chaval
y al tito “vegeto”, como troyano,
en un ambiente fresco, frutal,
y a Bartolo, el de Eufrasio.

Cuando  veía poco tras el cristal,
me he ido como un villano
y he llegado bien a Mancha Real.


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