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lunes, 23 de febrero de 2015

VÍA CRUCIS

Colaboración de Paco Pérez
El “Vía Crucis o Camino de la Cruz”, es una de las maneras más antiguas que tiene el pueblo cristiano de expresar su devoción a la “Pasión de Cristo”.

Para encontrar el origen de este acto religioso tenemos que remontarnos hasta los primeros siglos y entonces nos encontraremos con los relatos que nos cuentan como los peregrinos iban hasta Jerusalén, allí visitaban y veneraban los lugares santos, especialmente el Gólgota y el Santo Sepulcro.
Cuentan que, después de la muerte de Cristo, el mayor consuelo de su Madre era recorrer los lugares de aquel sagrado camino que fue regado con la sangre de su Hijo.
En esta leyenda pudiera estar el origen de este acto religioso porque como en aquellos tiempos ir a Jerusalén era una empresa imposible para la mayoría de los cristianos pues fue creciendo entre ellos el deseo de recordar en los pueblos, cada vez  con más frecuencia, aquel acontecimiento con  los distintos momentos de la “Pasión”.
Esto fervor popular hizo que la cristiandad adoptara diversas formas para representar en el “Vía Crucis” aquellos hechos,  en él recorrían las calles del pueblo donde vivían y, salvando la distancia que los separaba del hecho real en el tiempo y el espacio, dándole el sentido de una peregrinación espiritual.
La Iglesia estableció, con el paso de los años, QUINCE estaciones y en 1991, Juan Pablo II las modificó. Considero que este nuevo formato estuvo más acertado porque estaba más ajustado a la realidad del relato bíblico.
No hay un modelo único para tal acto, aunque es costumbre leer en él un texto, rezar determinadas oraciones y cantar canciones. También puede hacerse meditando mentalmente lo que propone cada estación.
Recuerdo que, cuando tenía muy pocos años, el “Viernes de Dolores” era un día grande en nuestro pueblo pues el “Vía Crucis” hacía que casi todo el vecindario acudiera a la ermita para acompañar a la imagen del Santísimo Cristo de la Salud en su recorrido nocturno por las calles de nuestro pueblo.
El formato de aquellos años era como el de este año, un itinerario y unos balcones distribuidos en él. Entonces venían varios sacerdotes para acompañar al párroco en las reflexiones que hacían sobre el contenido de cada “Estación”. Este año los textos y las reflexiones han sido preparados y comentados por un equipo de personas del “Consejo Pastoral”. También han participado, transportando la cruz y el equipo de megafonía, los jóvenes del grupo de catequesis Kairós.
Antiguamente se iniciaba en la ermita y acababa en el templo parroquial y este año se inició y acabó en el templo.
No pude estar en el inicio y me incorporé en la "III Estación":



















Los recuerdos del pasado me hicieron meditar bastante porque antes había una presencia masificada y el pasado viernes no fue así… ¿Es que antes había más sentido cristiano que ahora? ¿Es que antes se asistía porque no teníamos donde entretenernos y ahora sí?
Esta es la realidad que tenemos y hay que aceptar que el agua no se puede llevar hacia arriba… ¿Cuántos años hace que no se había organizado por la parroquia este acto?
Pues se recoge de lo que se siembra. Mientras los templos se llenaban no hubo muchas preocupaciones en los responsables por darle sentido a los actos y ahora, cuando se vacían, se ve, desde mi ventana, que es porque la siembra fue inadecuada.


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