Colaboración de Paco Pérez
JESÚS NOS ENSEÑA QUÉ ES PRIORITARIO PARA ALCANZAR
EL “REINO” Y QUÉ NO
Las
FIESTAS, han perdido su verdadero
sentido y lo que digo es para intentar abrir una vía de reflexión sobre el
tema. Lo haré partiendo del recuerdo… ¿Qué
se hacía, qué hacemos y por qué?
En
las de antes se recordaban los hechos
del pasado, Dios y su pueblo eran los protagonistas, ahora se nos proponen los acontecimientos que tuvieron a Jesús como
protagonista principal en la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión.
¿Seguimos ahora con recogimiento y verdadero
sentido los hechos de aquellos días?
Juzgar actuaciones ajenas
nunca es sensato pero meditar sobre porqué
ahora muchos cristianos centramos
nuestra religiosidad, durante los días de Semana Santa, en darle prioridad a
unos días de vacaciones en nuestros lugares de origen para visitar a la
familia, descansar y acompañar a las imágenes en sus recorridos por nuestras
calles es la realidad… ¿O no?
Si
pretendemos mejorar lo que hay será bueno y para hacerlo parto de: <Todos los hechos ocurren (y ocurrieron) en
un contexto histórico (los del pueblo de Dios también) y si ahora estamos en
Semana Santa pues habrá que hacerlo en el de nuestra realidad>
Yo
interpreto las celebraciones del A.T.
como una mezcla en la que intervienen como elementos el recuerdo de unos hechos históricos en los que Dios actuó para
dar un mensaje a su pueblo y un
reconocimiento de éste por lo que recibía de Él (los frutos del campo y de
los animales), éstas celebraciones estaban adecuadas a su realidad y cultura.
Ya
pasaron los años en los que Dios trató de reconvertir el sentir religioso del
pueblo desde la idolatría hasta la adoración de un solo Dios y para ello nació Jesús. Él nos explicó los
cambios y no fue entendido, por ejemplo: <El verdadero sentido del domingo>
¿Hemos entendido nosotros sus propuestas en
nuestros tiempos?
Durante
el tiempo de Cuaresma el clero nos enseña cuál es el verdadero sentido de la
fiesta de Semana Santa, cierto, pero
consienten las PROCESIONES, aunque tengan un sentido que no es el que debería ser
(es mi opinión, la tengo así por lo que observo en ellas cuando asisto como
espectador).
Siempre
que surge el tema no dudo en manifestar lo que pienso, aunque no coincida con
el argumento del clero: <Es un acto
de fe y debemos respetarlas.>
Dios
ordenó a Moisés construir una “imagen de
serpiente”, pero lo hizo “para
arreglar el problema de su picadura, bajo la condición de acercarse a ella con
fe y no para adorarla”. Cuando comprobó que el pueblo no cumplía lo pactado
ordenó destruirla… ¿Por qué tuvo que ser
Dios, y no los responsables quienes
pusieran las cosas en su sitio?
Porque
Él sí conoce la intención que nos acompaña cuando actuamos y los hombres, por
desgracia, no. Por lo anterior sólo podemos confiar en lo que Él nos enseñó y
de ahí que el clero considere correcto este tipo de celebraciones, no conoce
las intenciones de quienes asisten pero Dios nos enseña que cuando hay desvío
en el comportamiento debemos corregir el rumbo.
Yo,
personalmente, opino que deberían ser tratadas a la luz de la realidad, es
decir, que la manifestación personal de un día no justifica el mantener las
procesiones dentro de la Iglesia Católica porque van impulsadas por situaciones
personales en las que la resolución de sus problemas se asocian a la imagen,
luego es su interés personal y no lo que vivió Jesús, en esos hechos se inspira
la Semana Santa.
Hoy,
la Iglesia nos propone unas lecturas de la Biblia para que sean conocidas y explicadas
durante la celebración comunitaria de la Eucaristía y en ellas podemos
encontrar unas aclaraciones lógicas sobre el tema. Veamos:
En
JEREMÍAS 31,31-34 se puede comprobar
la “evolución del mensaje” del Padre
de manera anticipada y es una muestra de que no tenemos que estancarnos, con la
venida de Jesús se confirmó.
Leyendo
HEBREOS 5,7-9 podemos descubrir a un
Jesús humanizado y con debilidades que pide al Padre que le ayude... ¿Es rara esta imagen para los hombres?
No.
Opino así porque creo en Jesús hombre.
De
este pasaje he salido reforzado en mi línea de pensamiento, presentarme ante el
Padre con mis problemas de manera directa y no hacerlo a través de las
imágenes. Lo siento, mientras más leo la Biblia más me convenzo de qué debo de
hacer y qué no.
Con
la lectura del texto de JUAN 12,20-33
podemos aprender el sentido auténtico de la Semana Santa.
El
mensaje evangelizador de Jesús sobre el “Reino de Dios” dio sus frutos, viajó a
otros lugares y fue aceptado, por eso vienen a conocerlo de otros lugares.
Quienes
escucharon de Jesús que “el trigo debe
de morir para que pueda dar buenos frutos” comprendieron qué tenían que
hacer y le siguieron. Él tenía que cumplir los principios o planteamientos del
grano de trigo. Por eso padeció la
injusticia social, la condena humana, la incomprensión, el que lo crucificaran,
la muerte en la cruz, el resucitar como había anunciado y la ascensión gloriosa
hasta el Reino.
Si
nos fijamos en el “camino que nos enseña
Jesús” comprenderemos que va impregnado de un AMOR grande hacia Dios y el prójimo y un compromiso personal de SACRIFICIO, ausencia de EGOISMO, de SERVICIO
a los demás sin esperar nada a cambio… ¿Podemos
justificar nuestra religiosidad procesionando una imagen y despedirnos hasta el
año siguiente?
La
Semana Santa debe tener una interpretación correcta por nuestra parte porque
verdadero sentido sí que lo tiene. Ella no es incorrecta, somos nosotros los
incorrectos.
Insisto,
Jesús pide ayuda al Padre y nosotros a las imágenes… ¿Por qué lo hacemos así si Él era el camino, la verdad y la vida?
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