Colaboración de Paco Pérez
EL MAESTRO Y UN ALUMNO
Un
día, en clase de Matemáticas, el
maestro enseñaba a sus alumnos una técnica de cálculo mental para aplicarla en
las sumas. Mientras lo hacía observó que un alumno no estaba atendiendo y
cuando acabó le dijo:
-
Manolito, sal a la pizarra y coge la tiza que vamos a practicar lo que he
explicado, harás una cuenta de sumar.
El
niño hizo lo que le pidió el maestro y esperó a ver qué le decía. El maestro le
habló de nuevo para informarle de lo que iban a hacer:
-
Vamos a trabajar sólo con números de tres dígitos, será muy sencillo. Escribe
el número 236, ahora el 140 y, por último, el 320.
El
maestro espero a que el alumno acabara la colocación de los números y entonces
le ordenó:
-
Ahora… ¡¡¡Ajústala!!!
El
alumno emitió, de inmediato, un grito:
-
¡¡¡Uuuuuuu!!!
LOS LADRONES DE CORTIJOS
Un
padre y su hijo salen con el burro al campo para trabajar en lo ajeno, trasladaban
a su domicilio lo que encontraban a su paso.
Un
día llegan a un cortijo y, como sus dueños no estaban, comienzan a trabajar. Cada uno llevaba como
herramienta un saco e iban por lados diferentes pero cerca el uno del otro. El
muchacho encontró dos gallinas en los alrededores y fue con ellas hasta su
padre para enseñárselas y le gritó:
-
¡¡¡Paaaapa, miiiiira, dos gallinas!!!
Su
padre lo miró y le ordenó con energía:
-
¡¡¡Aaal saco!!!
Siguieron
trabajando y un rato después regresa el hijo muy contento con su nuevo hallazgo:
-
¡¡¡Paaaaapa, una espiocha nueviiiiica!!!
El
padre, muy cabreado, le dice:
-
¡¡¡Sinvergüenza, no te tengo dicho que nunca cojas lo que no es tuyo!!!
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