Colaboración de Paco Pérez
Llevo
tiempo intentando mostrar a la ciudadanía los problemas que ocasionan en las
vías públicas, en el mobiliario urbano y en las viviendas particulares los
animales incontrolados y, si lo están, a la hora de la verdad se demuestra que el
resultado obtenido es como si no lo estuvieran porque los acompañantes
dramatizan muy bien el papel de paseantes invidentes para no cumplir con su
obligación. Los hay que sí la cumplen, si de restos sólidos se trata, pero… ¿Cómo solucionan el problema si la necesidad
que se presenta es líquida?
En
estos casos la defensa de la actuación incorrecta necesita de muchas razones
para justificar el daño que ocasionan los animales-mascotas. Opino que algo hay
que hacer, y con urgencia, para dar solución a lo que ocurre porque seguir
aceptando que la modernidad tiene estas cosas es un error grave.
Tener
un perro como mascota es un lujo en estos tiempos de crisis porque hay que
empezar por acercarse a una tienda de animales y pagar un dineral por el
ejemplar; previamente se le prepara en el domicilio su hábitat; hay que alimentarlo
con unos piensos costosos y, cómo no, debemos darle una cobertura sanitaria que
cuesta un pellizco. Cuando llega el verano y nos tenemos que ausentar de casa
porque vamos a ir de viaje el animal no se puede quedar solo en el domicilio… ¿Qué hacemos entonces?
Quienes
son responsables lo llevan a una perrera para que lo cuiden durante ese tiempo
y el servicio que solicitan no les resulta gratis.
Lo
que he relatado es lo que se hace y está inspirado en una práctica real porque
tener animales y no hacerlo bien es lo general y por eso soy de la opinión,
poco generalizada por cierto, de que tener un capricho conlleva la obligación
de pagar su importe de manera total, sin subvención y sin demora.
Desgraciadamente no es así en nuestros tiempos porque, de manera indirecta están
subvencionados, pues lo que ensucian es limpiado por los servicios municipales
dedicados a ello o por los particulares si lo hacen sobre sus coches o
viviendas… ¿Es justo?
Corresponde
a las autoridades solucionar estos
problemas incontrolados y nosotros, la ciudadanía,
tenemos la responsabilidad de recordarles que en este campo hay una laguna
legal, que su obligación como gobernantes es proponer y aprobar leyes que
permitan a los ayuntamientos actuar
con rigor contra quienes no cumplan las normas que emanen en el futuro de esas
leyes que ayuden a impedir los abusos que venimos denunciando de manera pública
aquí.
Hay
personas muy politizadas que, cuando les hablas de esta realidad y de hacer estas
publicaciones para denunciar lo que nos afecta y tratar así de que se tomen
medidas, intervienen de inmediato en favor de no hacerlas porque, según ellos,
estos medios deben ser apolíticos.
Me
quedé de piedra con el argumento y comprobé que intentar solucionar temas
colectivos con coherencia y libertad no era bien visto en nuestra sociedad
local, demasiado politizada por personas como éstas… ¡¡¡Cómo reman los
demócratas de pacotilla que tenemos cuando, subjetivamente, entienden que lo que
pretendes es hacer daño a sus colores políticos!!!
Hace unas fechas leí la publicación
que os voy a mostrar a continuación y, la verdad, quedé encantado con ella
porque para mí lo importante fue el comprobar que en cualquier lugar del mundo
se toman medidas contra quienes hacen mal uso de la DEMOCRACIA. Para mí lo
importante no es lo que han hecho sino que han tomado medidas, en España actuamos
siempre tarde y mal porque dejamos correr el agua por donde quiera ella y
esperamos a que se arregle el problema solo.
SAN FRANCISCO, EN EEUU, PRUEBA UN MÉTODO PARA
EVITAR QUE ORINEN EN LA CALLE
Publicado por VICTOR
ARRIBAS en Portal Yahoo
La
ciudad californiana, presa de una plaga de incontinentes fiesteros, se ha
puesto a buscar un método para detener a quienes orinen en la calle. Y lo ha
encontrado, mirando a Europa.
Pis de ida y
vuelta
Un
problema eterno encuentra solución sencilla. Las autoridades locales de San Francisco han empezado a aplicar en
ciertos muros un tipo especial de pintura que repele los líquidos,
proyectándolos hacia su fuente de origen, según explica el prestigioso diario Los Ángeles Times. Se trata de la misma
pintura que ya le ha dado resultado al ayuntamiento de Hamburgo, Alemania, que sufría el mismo problema. ¿Estamos ante el comienzo de una tendencia
mundial?
Ahorro
municipal
La
ciudad estadounidense ha colocado carteles en tres idiomas que advierten de la
presencia de esta pintura y detallan sus efectos. "Nadie puede decir
que no avisamos de que orinar en ciertas paredes puede acabar manchando tus
pantalones y zapatos", explica Mohammed Nuru, director de Obras Públicas
de la ciudad. Luego remata su respuesta con un rotundo “creedme: el
sistema funciona”. El precio de la prueba para la ciudad es solo de unos
cientos de dólares. Se trata de “calderilla”, comparado con el coste de
repintar ciertas paredes que sufren un especial abuso.
Peticiones
ciudadanas
Hasta
mitad de julio, el ayuntamiento había recibido 7,500 peticiones para limpiar
paredes dañadas por fluidos corporales como heces, orina y vómito. Otros tenían
que ver con grafiti, excrementos de ave y vandalismos varios. Nuru apostó por
este método tras leer un artículo sobre el éxito de esta pintura hidrofóbica
(popularmente conocida como “pintura
antipis”). Ya se han realizado pruebas satisfactorias en diez edificios
emblemáticos de los barrios de South of
Market, Mission y Tenderloin. Próximamente se tomará una
decisión sobre si adoptar esta práctica de manera permanente.
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