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miércoles, 14 de octubre de 2015

AZNAITÍN

Colaboración de José Martínez Ramírez
Me encontraba sentado en un taburete en “El alto del puente”, un bar situado en lo que queda del Polígono Industrial de Mancha Real. En él atiende muy amablemente el amigo Paco y, mientras esperaba que lo hiciera, pensaba en la llegada incierta de las lluvias de este otoño malintencionado, y me impacienté mientras lo hacía.

Desde ahí se puede observar el Aznaitín y, como un borrón negro, la zona a la que un impresentable le pegó fuego a mediados del pasado verano.

Es el paraje donde algunos, cada temporada, visitábamos en época de caza o setas.

Allí, a los pies del Aznaitin, hay una fuente que es dueña y señora de un caño de agua extraordinariamente abundante y fresca. Es hermoso disfrutar del contraste que provoca el sonido del agua al caer con el silencio que la rodea.

Recuerdo ahora la mañana, de ello hace ya quince o veinte años, que la visité acompañado de nuestro querido D. Ramiro hijo, que Dios lo bendiga. Para mí ésta era una visita más pero para él no. Yo desconocía, por otra parte, el amor de este hombre por la naturaleza en general y por los pájaros –los que vuelan- en particular.
Pensaba entonces que era un bicho raro por mis constantes visitas al campo pero esa mañana comprobé que no era único y lo pienso porque me reconforta pensar que él disfrutó mucho esa mañana de ese entorno.
En esos momentos de espera, volando en el tiempo, me cabreé mucho mientras pensaba que hubiera otros seres humanos que fueran capaces de llevar a cabo semejante atropello a la naturaleza y a sus amantes. Por ejemplo, a mi amigo José de Torres que cobró hace poco un magnifico ejemplar de macho montes, pieza  homologada “oro” por su envergadura.
Mientras tomaba el café que me sirvió Paco, seguí mirando el paisaje que se dibujaba a lo lejos bajo un lecho de cielo y no conseguí encontrar explicación a lo que hicieron o los motivos que pudieron empujar a ese ser humano a llevar a cabo tan valiente hazaña.
¿Tenemos indulto los seres humanos?

¡Qué grande es la naturaleza y qué pequeño es el hombre!

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