Colaboración de José Martínez Ramírez
¡FELIZ 2016 A TODOS!
I
Echo de menos su largo Paseo,
el viento de verano en la ermita.
El céntrico “Museo Cerezo”,
del cura que no conocí, la casilla.
El Torrejón quieto en su cerro
y la herradura llana en la orilla
del Guadalquivir que quiero.
El cortijo Nazario sin buhardilla,
la casilla de Pancho con cerezos,
el cerro “Los corrales” y sus olivillas.
Peñacostá que yo desperezo,
todo un mar de olivos y primillas,
con su pilar, sus pilas y sus labriegos.
Su calle “La libertad” que no muere en la ermita,
las perdices bravías de Cerezo,
las tobas y la vieja de años curtida.
Sus bodegones de luz y viñedos,
sus bronces y los vinos de Montilla,
la fuente del Paseo y a José “el torero”.
Sus matrimonios almenareños con mantilla,
sus otros novios al sol con ojos de cordero,
de quince años, y sus tiernas melodías.
Qué lejos sus trigales y sus arrieros,
el “Vado de Méndez”, una maravilla.
Guadalbullón, de Mengíbar lindero.
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