Colaboración de José Martínez Ramírez
II
Mil gotas de lluvia y un bucanero,
para no colgarse en un puente,
si merece la pena por grosero,
el desengaño de la carta reciente.
Para el año, ya no es venidero,
tenemos ojos verdes
que roban los cielos.
Mentirosos frecuentes,
gañanes que no tolero.
Besos, mejillas y dientes.
Un largo invierno que siento,
juegos
mareas y fuentes,
canciones y poetas toreros.
Tenemos
amores ingentes,
el rock y Nuevos Nublos, pero,
los sueños de minifaldas turgentes,
que hasta el sonriente José “el ciego”
veía, salvan muchas cosas ausentes.
Mil gotas de lluvia y un bucanero,
para no colgarse en un puente,
si merece la pena por grosero,
el desengaño de la carta reciente.
Su dieciocho de julio tan fiero,
y su Catorce de abril vigente.
Su alcalde de turno, maestro,
su concejal y su ley urgente.
Hoy, no tiene mi pueblo
lo que ayer tenía, de gente,
la pobreza del rico fullero,
la riqueza del pobre doliente.
Me dejé el corazón aceitero
en sus calles, frecuentes.
Mil gotas de lluvia y un bucanero,
para no colgarse en un puente,
si merece la pena por grosero,
el desengaño de la carta reciente.
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