Colaboración de Paco Pérez
Juan “El Bautista” predicaba a los hombres la
conversión y, a quienes se acercaban hasta él y aceptaban su mensaje, los
bautizaba en las aguas del río Jordán.
Un
día, Jesús se acercó hasta donde se encontraba
él, escuchó lo que enseñaba a las personas y le pidió que lo bautizara. Con esta
acción, lo que hizo Jesús fue enseñar a los hombres de todos los tiempos el primer
paso que deben dar quienes deseen andar “el
camino del Reino”. Lo hizo con naturalidad y sencillez, una metodología
perfecta, así ayudó a los hombres a su práctica en el futuro.
Cuando Jesús salió de las aguas del Jordán,
como hombre que era, no eludió cumplir esta parte de iniciación que predicaba Juan
como necesaria para formar parte del “pueblo
de Dios”. Aunque pudo hacerlo por su
condición de Hijo de Dios y porque Él no había pecado, considero que actuó
así porque dio prioridad al hecho de acatar lo que proponía El Bautista al pueblo y para servir de CAMINO a los demás en el futuro.
Si,
ahora, se nos enseña que por el bautismo somos “liberados del pecado y del Diablo”, entonces… ¿Cómo se explica que la práctica del Jordán haya evolucionado hasta el
punto de que se nos bautice de pequeños?
Si para
cometer pecado es necesario tener plena conciencia de lo que hacemos… ¿Cumple
un bebé ese requisito cuando se bautiza con unos días o meses?
El Bautismo no se debería recibir, ni
administrar, a esas edades por costumbre social o tradición familiar religiosa
porque es un acto muy serio. Jesús
esperó hasta ser adulto para recibirlo porque a esa edad sí estaba preparado ya
para decidir por sí mismo qué hacer después, pasar de puntillas o comprometerse
de lleno con el débil en su caminar por la vida… ¿Puede un niño tomar decisiones responsables?
Otro
aspecto importante a tener en cuenta es el cambio que se operó en la vida de
Jesús al bautizarse, ya no volvió a Nazaret para seguir trabajando en la
carpintería pues desde ese momento se dedicó a una tarea nueva, enseñar el “Camino del Reino”. Parece ser que al
dar este nuevo giro a su vida los familiares y vecinos quedaron sorprendidos porque
antes nadie observó en Él detalles que les hiciera vislumbrar ese cambio.
Habrá
que pensar entonces en que su decisión de ser bautizado por Juan fue el fruto
de una búsqueda de soluciones para la difícil situación en que vivían las
gentes de Israel, el pueblo necesitaba una conversión radical para poder recibir
el perdón de Dios.
Jesús
tenía esa esperanza de alcanzarlo y se sintió empujado por la idea de preparar
al pueblo para el encuentro con su Dios, se volcó con los más desgraciados y así
nos enseñó el camino… ¿Hacemos algo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario