Colaboración de Ramón Albao Carmona
Desde
ti,
tus
calles,
tu
Paseo,
tu
sol,
tus
gentes nobles
de
mujeres bonitas
y
tus noches de Luna clara.
Desde
ti,
la
brisa de tu amanecer
en
los olivares de plata,
el
saludo de mis vecinos,
tus
tardes silenciosas,
soleadas
y
el canto de la cigarra.
Desde
ti,
las
notas de una guitarra
y
mi melancolía
por
los que ya no están,
el
silencio del Campo Santo
y
esa mujer que llora
porque
es madre de madres.
Desde
ti,
con
dolor de noble alma,
el
abuelo que sonríe
con
sonrisa forzada,
ese
niño que juega,
sin
saber de nada, y que llora
a
su abuela, abuela del alma.
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