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jueves, 23 de junio de 2016

EN MIS PASEOS POR “EL PASEO”

Colaboración de Ramón Albao Carmona
LOS ANCIANOS DE MI PUEBLO
En un pueblo culto se respeta a los ancianos… ¿Qué haríamos sin la pureza de sus consejos?
¡Dejad que hablen en “El Paseo”, sentados en sus bancos de hierro, dejadlos que hablen
 
Dejadlos que hablen,
que vivan en paz,
están tranquilos en la sombra,
en unos bancos de duro metal
a la sombra de una palmera
o cercanos al nuevo brocal.

Dejadlos que vivan su suerte
que éstos, con sus manos doloridas,
sí se ganaron el pan.
No hagáis caso a ninguna farota,
que hasta el alma la tiene encallá,
no perturbéis sus paseos.

Dejadlos en su lento caminar,
que digan y hablen de sus cosas
que bastante callaron ya,
que todos se partieron el lomo
por caminos, veredas y barrancás.

Los callos si les gustan calentitos
y, si pueden, con sopitas de pan de Alfacar.
Dejad de aventar palabras,
de bellotas sin madurar,
porque son ahogaizas para la garganta
y amargas para el paladar.

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